La Audiencia Provincial de Madrid dio ayer carpetazo al juicio sobre la muerte de cinco jóvenes en el Madrid Arena con una sentencia en la que ha impuesto penas de cárcel a tan solo cinco de los 15 acusados. La máxima, cuatro años, corresponde al promotor de la fiesta, Miguel Ángel Flores, considerado «el principal responsable» del siniestro, mientras que los dos médicos del pabellón, Simón y su hijo Carlos Viñals, fueron absueltos pese a que los jueces reconocen su «negligencia».

La sentencia considera a Flores autor de cinco delitos de homicidio por imprudencia grave y 29 delitos de lesiones, también por imprudencia grave. Las muertes se produjeron, según los jueces, por el sobreaforo existente -entraron 16.600 personas en un recinto apto para 10.620-, el cierre de vomitorios y escaleras y al haberse derivado la entrada del público que participaba en un botellón a través de las puertas de emergencia directamente a la pista.

El número dos de Flores en la promotora Diviertt, Santiago Rojo, fue condenado a tres años de cárcel, por haber colaborado con su superior en las actuaciones que derivaron en el siniestro. A la misma pena y por el mismo delito fue condenado Francisco del Amo, máximo responsable de la empresa municipal Madridec, que gestionaba el pabellón.

También fueron condenados a dos años y seis meses de cárcel otro responsable de Diviertt, Miguel Ángel Morcillo, y Carlos Manzanares, el jefe de la empresa de seguridad del evento.

Los magistrados consideraron que los condenados, incluido Flores, no solo no evitaron riesgos sino que los crearon y los permitieron.

El fiscal pedía para los médicos un año y seis meses de cárcel por negligencia profesional al no haber practicado maniobras de reanimación a tres fallecidas. Los jueces admitieron que su actuación fue negligente pero argumentaron que no está probado que si hubieran actuado correctamente podrían haber evitado que las jóvenes fallecieran «dado el tiempo que las víctimas estuvieron atrapadas en el vomitorio y el que transcurrió hasta poder ser rescatadas». El exjefe de la policía municipal, Emilio Monteagudo, fue absuelto, así como Rafael Pastor, director de seguridad de Madridec, José Ruiz Ayuso, técnico de la misma empresa municipal, José Antonio Díaz Romero, de la empresa de seguridad Seguriber, Roberto Mateos García, encargado de las cámaras de seguridad y Emilio Belliard Cueto, socio de Kontrol 34. Las familias de las cinco fallecidas reaccionaron con indignación al fallo, al que una madre se refirió como «un insulto».