Miles de mujeres salieron a la calle el pasado 8 de marzo para pedir el fin de la discriminación de la mujer en todos los ámbitos, especialmente en las situaciones más alarmantes, la que deja tras de sí la cruel violencia machista. Cuatro días después de la histórica movilización femininista, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) publica unos datos extremadamente preocupantes. El año pasado los juzgados españoles recibieron un total de 166.620 denuncias por violencia machista, lo que supone un incremento de 16,4% respecto al año anterior.

Las mujeres víctimas de las agresiones fueron, según la misma estadística, 158.217, un 17,7% más, y de ellas un 30,4% son extranjeras. La cifra de denuncias es la más alta desde que se contabilizan estos datos lo que, por un lado, es positivo porque supone que afloran todas las violencias hacia la mujer y los menores pero, según destacó ayer la presidenta del Observatorio, Ángeles Carmona, «evidentemente sacude internamente» porque se trata de «cifras inasumibles, impropias de una sociedad madura y civilizada».

El CGPJ también revela que algo más de un 69% de las denuncias fueron presentadas por la propia víctima, directamente en el juzgado o a través de atestados policiales. Las denuncias por intervención directa de la policía se situaron en apenas el 15% de los casos. Y el número de litigios presentados por familiares de la víctima sólo alcanzó un porcentaje ligeramente superior al 2% del total. Además, los partes de lesiones recibidos directamente en el juzgado representaron algo más del 9% de las denuncias.