La polémica y mediática investigadora Almudena Ramón fue detenida junto a su pareja en el transcurso de la Operación Summas de la Guardia Civil, por los supuestos delitos de estafa agravada y contra la salud pública por los que se cree que han estafado solo en Valencia más de un millón de euros a más de un centenar de personas, entre ellos cuatro menores, con falsos tratamientos para curar lesiones medulares.

Ramón publicó en 2000 en la revista Neurón un trabajo que supuestamente probaba cómo ratas parapléjicas recuperaban la movilidad tras haberseles aplicado en la médula deñada unas células de su bulbo olfatorio, previamente cultivadas y tratadas. Después, la investigadora lo intentó con monos en el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia pero la dirección abortó el experimento por el sufrimiento de los animales.

En 2012, puso en marcha un proyecto de micromecenazgo para conseguir 700.000 euros para aplicar en cinco personas esas mismas investigaciones, algo que puso en alerta a las autoridades sanitarias tanto por el método elegido para buscar financiación como por las expectativas irreales que estaba despertando. Lo hizo a través del Proyecto Lázarus, que puso en marcha el padre de un joven afectado y que recibió apoyo médiático entre otros de David Villa. Esta asociación se desmarcó después de Ramón y de sus terapias.

Después, continuó la promoción de su técnica en presentaciones públicas y entrevistas con medios de comunicación. Ahora Ramón trabajaba en la clínica CIMERM (Centro de Innovación Médica en Regeneración Celular) en la que según la Guardia Civil ofrecían un tratamiento dividido en cuatro fases que comenzaba con el pago de 4.000 euros y seguía con abonos de más de 50.000 euros. Los agentes constataron que los tratamientos que realizaban consistían en masajes terapéuticos y administración de productos homeopáticos, a excepción de varios botes con sustancias líquidas que se están analizando para determinar su composición.

En 2011, como responsable del laboratorio de Regeneración Neural del CSIC en Valencia, Ramón se mostraba optimista sobre la cura de lesiones de médula espinal al considerar que era posible científicamente y afirmaba que los resultados obtenidos a nivel experimental tendrían éxito en humanos.

La investigadora trabajó en el Instituto de Biomedicina de Valencia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas desde el año 2000 hasta 2012 , año en que solicitó una excedencia voluntaria con la finalidad de buscar un lugar donde poder desarrollar sus líneas de investigación en condiciones adecuadas.