El jueves fue un día de sonrisas y abrazos en la Comisaría de La Línea de la Concepción (Cádiz). Al filo de la medianoche caía Antonio Tejón, el líder de uno de los principales clanes de narcotraficantes de la zona, Los Castañas.

Un arresto largamente deseado y que no solo supone un duro golpe contra las redes criminales en el Campo de Gibraltar, sino también para ese entorno social que les protegía hasta el punto de que ‘El Castaña’, o “el rey del hachís”, como también era conocido, se sintiese más seguro en su pueblo que fugado en otro país.

Tejón, de 34 años y considerado junto a su hermano Francisco, ‘Isco’, el jefe del clan que mueve el 60% del hachís que llega desde África al sur de España, llevaba huido desde hacía dos años, aunque los agentes sospechan que pudo regresar desde Marruecos o Gibraltar en diversas ocasiones.

Más de 100 policías para atrapar al 'Castaña'

Fue arrestado la noche del miércoles en una vivienda de La Línea en la que iba a reunir con la madre de dos de sus hijos gracias a un impresionante dispositivo de más de 100 agentes con medios terrestres y aéreos para evitar disturbios en el barrio. Un operativo certero, casi quirúrgico, dedicado únicamente a detener al 'Castaña”. Sobre él pesaba una orden de busca y captura que ha hecho que pase directamente del calabozo a la prisión.

El capo llevaba vigilado desde hacía más de un mes, pero el domingo se decidió lanzar la operación. Tejón había vuelto a La Línea, su casa, gracias a un dispositivo digno de cualquier serie sobre el hampa. Nunca dormía más de una noche en el mismo domicilio, y tenía a su disposición diversas viviendas con una misma característica: proporcionar una fuga sencilla mediante patios traseros, ventanas que daban a tejados, calles angostas…

El entorno de Antonio Tejón

‘El Castaña’ se sentía seguro rodeado de los suyos, una red de lugartenientes y subalternos a los que se sumaba el silencio de la calle y la connivencia con una actividad cuyas migajas llegan a muchos. “Se sentía una suerte de Robin Hood”, relatan las fuentes.

Pese a la fuga, en ningún momento dejó de controlar la organización. En los últimos tiempos, para reducir costes y minimizar pérdidas en caso de interceptación, optó por traer la droga a España junto a alijos de otros clanes en una misma embarcación.

La mayor parte, no obstante, seguía siendo de Los Castaña, que no ocultaban la bonanza del negocio y mostraban un altísimo nivel de vida, realizando viajes de alto coste, acudiendo a grandes acontecimientos deportivos, alojándose en hoteles de gran lujo o adquiriendo coches de alta gama y viviendas de lujo.

Incidente en un hospital

Por eso, su detención era ya una “cuestión de orgullo” para los agentes destinados en las distintas comisarias del Campo de Gibraltar, especialmente desde que sabían que había vuelto a la comarca. Hasta ahora habían tenido que conformarse con importantes golpes contra la organización, una de las más violentas de la zona.

Precisamente el joven que fue rescatado a palos por sus compañeros de un hospital de La Línea tras ser apresado en una operación rutinaria era uno de los lugartenientes de este grupo delictivo. Los agentes tenían constancia además de que los encargados de transportar la droga una vez en tierra tenían orden de de embestir a cualquier vehículo que intentara su interceptación, ya fueran fuerzas de seguridad u otros clanes.

La detención de Antonio Tejón, un hito

Fuentes policiales reconocían este jueves que la detención de Antonio Tejón representa un “hito importante” en la lucha contra el narcotráfico y la principal red criminal del Campo de Gibraltar, que de realizar transportes de drogas había ampliado mercado y ya cobraba también elevadas sumas de dinero alijando toneladas de hachís para distintas organizaciones criminales, gracias a la amplia infraestructura que poseen en la zona de La Línea de la Concepción para llevar a cabo con éxito este tipo de operaciones.

Pero también subrayaban su impacto en la “cobertura social” de algunos vecinos que permite la impunidad de los narcos, sobre todo después del incremento policial en la zona que se ha plasmado en continuos golpes a los narcos.