La policía tailandesa ha anunciado este sábado que había detenido a un ciudadano extranjero cuya descripción coincide con la de hombre que abandonó una bolsa con explosivos en Bangkok y causó la muerte a 20 personas hace alrededor de dos semanas.

Las fuerzas de seguridad locales han irrumpido en un abandonado bloque de apartamentos de cuatro pisos, sito en un suburbio de la capital donde encontraron pasaportes falsos y materiales para fabricar los explosivos que, según aseguraron, habían sido utilizados en el atentado del pasado 17 de agosto en un santuario hindú, el más sangriento de la historia del país. «No es probable que ello esté vinculado con el terrorismo», ha asegurado el jefe de policía, Somyot Pumpanmuang, en una conferencia de prensa, quien, sin embargo, no ha dado detalles de porqué había llegado a semejante conclusión. «El motivo obedece a un deseo de vengarse de sus camaradas», ha recalcado.

El artefacto hizo explosión en el mausoleo Erawan, una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, muy cerca de los hoteles y los centros comerciales más lujosos de Bangkok. Entre los fallecidos había 14 fallecidos, siete de China y Hong Kong, en un ataque que, según el Ejército, estaba destinado a golpear la economía tailandesa, donde el turismo tiene un peso importante.

AUTORÍA INTELECTUAL

La policía ha hallado pocas pistas respecto a la autoría intelectual de la acción. Ningún grupo ha reivindicado la acción, y las especulaciones periodistas se han centrado en los separatistas malayos del sur o los musulmanes uigures, tras la expulsión de 100 de ellos a China por parte del Gobierno de Bangkok. Muchos uigures huyen de la represión en China viajando a Turquía, país con el que mantienen vínculos de sangre, a través de Indochina, más concretamente, atravesando Tailandia.

El portavoz de la Policía Nacional, Prawut Thavornsiri, aseguró que sus hombres estaban investigando a más sospechosos y que las pruebas acumuladas hasta ese momento indicaban que el sospechoso también participó en el segundo ataque, que tuvo lugar el día después y en el que no hubo víctimas .

La televisión tailandesa mostró imágenes de bolsas cargadas de materiales explosivos localizados en un apartamento del distrito Nong Chok, donde vive una potente comunidad musulmana, y que cuenta con un amplio elenco de restaurantes halal y mezquitas.