El Juzgado Penal Número 3 de Barcelona ha condenado a Miguel Ángel O. C. a dos años de cárcel, en una sentencia de conformidad por un delito de homicidio por imprudencia grave debido al fallecimiento de su hijo, cuando solo contaba 28 días.

Los hechos pasaron en la mañana del 3 de julio del 2015, cuando el condenado se encontraba solo con su bebé. Cuando lo cogió en brazos para llevarlo al dormitorio, y al subir un escalón que separaba esa estancia, tropezó cayéndose al suelo hacía delante, por lo que el hombre cayó encima del pequeño, causándole «lesiones consistentes en al menos una fractura de cuatro arcos costales laterales derechos», según precisa la sentencia.

Tras el incidente, el padre se limitó a calmar al bebé y ocultó lo sucedido a su mujer, que llegó después al domicilio. El tribunal señala que el condenado «no llevó a cabo actuación alguna para que el niño fuera visitado por un médico». En las horas sucesivas, el bebé mostró diferentes signos de malestar e inquietud, que no fueron interpretados por la madre como signos graves «y ante los que el acusado actuó quitándole importancia».

Ante la insistencia de un familiar, dado que el bebé lloraba anormalmente y parecía tener un costado hundido, ambos padres decidieron al fin llevarlo a un centro médico. Tampoco entonces explicó nada de lo que había sucedido.