En España, desde el 1 de enero, 15 mujeres han sido asesinadas por sus novios y maridos. En Cataluña acaba de morir la segunda: Leydi, madre de cinco hijos, ha sido acuchillada al terminar su turno de limpiadora en la escuela de Santa Perpètua (Vallès Occidental) en la que trabajaba. La primera fue en Súria (Bages), Carmen, de 79 años, también fue acuchillada mientras dormía.

Leydi había denunciado hasta en tres ocasiones distintas a su homicida. En septiembre del 2016 se archivó una causa abierta por amenazas de él a petición de la fiscalía. En noviembre, presentó otra denuncia y un juzgado de Sabadell le impuso al hombre una orden de alejamiento de 500 metros. En enero, el agresor quebrantó la orden y ella lo denunció por última vez. El mismo juzgado amplió la medida de protección a 1.000 metros. El juicio, que ya no podrá celebrarse debido al fallecimiento de la mujer, estaba previsto para el mes de abril. Cuando su asesino la esperaba a la salida del trabajo, casi de madrugada, Leydi estaba sola. Ninguna de las tres denuncias que se atrevió a presentar ha servido para nada.

Pilar Martín Nájera, la fiscal de la sala delegada para la Violencia sobre la Mujer, ha admitido, antes de entrar en la Subcomisión del Congreso para el estudio de un Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que el sistema judicial "no ha sabido valorar adecuadamente el riesgo que corría".

EN VALENCIA, OTRO CASO SIMILAR

Este miércoles, en Móstoles (Madrid), el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) ha detenido a la expareja sentimental de una mujer que apareció sin vida en una bañera en su domicilio de Gandia (Valencia). Según informa Nacho Guerrero, era una mujer española de 49 años que era Guardia Civil y que estaba de baja por enfermedad. El arresto del hombre, de momento, ha sido únicamente por no respetar la orden de alejamiento que pesaba sobre él. La autopsia debería ayudar a confirmar si también es el responsable de su muerte.

DENUNCIAS ESTÉRILES

Se da la circunstancia que estas dos mujeres, la de Santa Perpetua y la de Gandía, habían denunciado los malos tratos que les infligían los hombres con los que compartían la vida. No es habitual. La inmensa mayoría de las muertes se corresponden con mujeres que no lo habían hecho.

A pesar de que en Cataluña se presentan más de 30 denuncias por violencia machista diariamente, entre el 2008 y el 2015, el 74% de las mujeres que fueron asesinadas no habían acudido a ninguna comisaría para pedir ayuda. Este dato empeoró durante el 2016 cuando únicamente una de las nueve muertas había denunciado.

Un dato que no debe animarlas a denunciar, al menos en Cataluña, es que un 89% de las sí lo hacen no cuentan con ninguna medida judicial de protección.

147 MUJERES CON POLICÍAS

Hay 147 mujeres catalanas que tienen protección policial, 14 de ellas están bajo la vigilancia permanente de agentes. Los Mossos, a veces, deciden comenzar la protección sin necesidad de que lo haya ordenado un juez. Hay distintos niveles de protección con policías: las 24 horas del día, cada vez que sale del domicilio o para situaciones de riesgo. Los Mossos contactan periódicamente por teléfono con todas las denunciantes.

Durante el pasado año, 1.519 agresores incumplieron las medidas cautelares que habían acordado jueces para proteger a una mujer amenazada. La utilidad de las órdenes de alejamiento, según aclara Ester Garcia, vicepresidenta de la Associació Dones Jurídiques, "funciona para hombres que teman afrontar las consecuencias penales" que puede acarrear quebrantarlas. Pero no para proteger a las mujeres de agresores que solo piensen en matarlas.