El suceso más grave ocurrido ayer en las carreteras del país, además del que se llevó la vida de dos ciclistas en Botorrita (Zaragoza), tuvo lugar en la AP-7, en Tarragona. En el siniestro fallecieron dos adultos, un niño de 11 años resultó herido crítico y otras seis personas sufrieron heridas de diversa consideración. El accidente ocurrió hacia las 11.15 horas, cuando, por motivos que se desconocen, chocaron dos turismos, uno francés y otro alemán, que circulaban por la autopista en dirección a Barcelona. Un hombre y una mujer que iban en el turismo con matrícula alemana fallecieron.

En este siniestro --en el que uno de los vehículos llegó a volcar-- resultaron heridos siete ocupantes, todos ellos de diversa consideración. Cinco de ellos eran niños. Un décimo ocupante, también menor, fue el único que resultó ileso.

Entre los heridos, los casos más preocupantes fueron los de un chico de 11 años, que fue evacuado en estado crítico por un helicóptero del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) al Hospital de San Juan de Dios de Barcelona, y el de otro menor, también herido de gravedad, que fue ingresado en el Hospital Verge de la Cinta de Tortosa (en Tarragona). Este centro hospitalario también atiende al resto de personas lastimadas en el accidente --otros tres menores, un hombre y una mujer--.

El suceso cortó el tráfico rodado durante dos horas en el sentido a Barcelona de la AP-7 y, aunque se logró reabrirlo parcialmente, las colas que se registraron superaron los siete kilómetros.

En total, nueve personas fallecieron en las carreteras tras el fin de semana, entre ellos dos motoristas y los dos ciclistas que fueron arrollados en Botorrita (Zaragoza), según la Dirección General de Tráfico (DGT).

FINAL DE VACACIONES

Desde las 15.00 horas del viernes hasta las 20.00 horas del domingo, la Dirección General de Tráfico había contabilizado ocho accidentes. Un fin de semana cercano al final de la vuelta de vacaciones del mes de agosto en el que la DGT calcula en torno a 43 millones de desplazamientos por las distintas carreteras españolas, por lo que continuará con dispositivos especiales de regulación y vigilancia del tráfico, así como con los controles de alcohol y drogas que viene practicando habitualmente.