Kalashnikov, fabricante de armas y una de las marcas de Rusiamás conocidas internacionalmente, acaba de abrir una tienda en el aeropuerto moscovita de Sheremétievo, el principal aeródromo de la capital, para la venta de souvenirs, incluyendo modelos de plástico de sus fusiles más conocidos. El AK-47, fabricado por la compañía, es el fusil de asalto preferido por los grupos insurgentes en todo el mundo, y ha armado durante más de siete décadas al Ejército soviético y de Rusia.

Según un funcionario del aeropuerto, la tienda, en la que se venden novedades como bolígrafos, paraguas, bolsas, sombreros, ropa de camuflaje y camisetas con la inscripción 'I love AK' -me gusta el (fusil) AK- estará situada junto a la estación de ferrocarril del complejo aeroportuario. Los modelos de armas en venta -fusiles de asalto y pistolas automáticas- serán claramente imitaciones que no plantearán problemas de seguridad.

UNA OPORTUNIDAD A LOS VIAJEROS

"Kalashnikov es una de las marcas más populares que vienen a la mente de la gente en cuanto se oye el nombre de Rusia", ha asegurado, en un comunicado de prensa, Vladímir Dimitrev, jefe de la sección de marketing de Kalashnikov. "Por esta razón, estamos encantados de dar la oportunidad a cualquiera de llevarse un souvenir con nuestra imagen de marca", ha continuado.

El AK-47 es el primer rifle que diseñó la empresa, y ha adquirido un estatus de arma icónica debido a sus bajos costes de producción y a su fiabilidad en condiciones adversas. Fue introducido en 1948, ha armado a a los Ejércitos de la URSS y la Europa comunista durante generaciones y ha sido empleado con frecuencia por fuerzas rebeldes pro-soviéticas en África y Asia. También es producido en el exterior de Rusia bajo licencia.

El aeropuerto internacional de Sheremetievo es el más importante de Rusia en movimiento de viajeros. En el 2015, más de31 millones de personas transitaron por sus instalaciones.

Las tiendas de ropa militar son muy populares en Rusia, cuya sociedad muestra un interés hacia las armas y hacia la tecnología militar poco común en Occidente. Cada primavera, la feria de armas que se celebra en Kúbinka, a unos 60 kilómetros de Moscú, atrae a un público de decenas de miles de personas, que gustan de fotografiarse junto a los modernos sistemas antiaéreos S-300 y a los prototipos de tanques.

Nada más iniciarse la campaña de bombardeos aéreos en Siria, Armiya Rossii, una cadena de ropa militar, puso a la venta unas camisetas que hicieron furor durante algunas semanas. Las prendas estaban dedicadas a la recién estrenada intervención militar en el país árabe, y en ella se habían estampado, por un lado, aviones Sukhói, y por otro, un mapa de Siria y un ataque contra un objetivo militar.