El brote de ébola prosigue imparable su progresión por África occidental, con la confirmación de 113 nuevos casos en solo tres días, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó ayer de que al menos se había reducido el ritmo de crecimiento de la semana anterior y destacó las "señales alentadoras" procedentes de dos de los países afectados: Nigeria y Guinea. El último recuento de la OMS muestra que el brote iniciado en abril ya ha matado a 1.229 personas, incluyendo los decesos de causa sospechosa, lo que supone 84 muertos más que en el informe del pasado sábado.

La evolución es todavía una incógnita, pero el Centro Europeo de Prevención de Enfermedades (ECDC), el organismo de vigilancia infecciosa de la UE, considera que el ébola tendrá un momento de máxima incidencia que podría durar unos dos meses y luego ir perdiendo fuerza de forma lenta pero constante. Aunque las estadísticas deben observarse con cautela, entre otros aspectos porque los fallecimientos suelen acontecer entre 7 y 12 días después del contagio y porque no siempre se consignan en la fecha exacta, el informe presentado ayer por la OMS sugiere que el pico máximo puede haberse alcanzado ya puesto que la tasa de nuevas infecciones se redujo de 76 a 34 diarias con respecto al estudio precedente. En cualquier caso, Médicos sin Fronteras calcula que incluso aplicando todas las medidas de control anunciadas, no se podrá bajar la guardia durante un mínimo de seis meses.

LA MISMA CADENA Fadela Chaib, portavoz de la OMS en Ginebra, justificó su optimismo en que todos los casos detectados en Nigeria, el país más poblado de África, correspondían a "la misma cadena de transmisión" --personas identificadas que habían estado en contacto entre ellas--, por lo que confió en que las medidas de control frenen una nueva propagación. De hecho, desde el sábado no se ha comunicado ningún nuevo fallecimiento en el país. En cuanto a Guinea, Chaib alabó los esfuerzos de las autoridades locales y destacó que en los últimos días se han detectado menos de 20 nuevos casos, la mayoría de los cuales eran además pacientes que habían ocultado su enfermedad. La situación es particularmente grave en Liberia, con 48 nuevos casos y 53 decesos reportados en los últimos tres días, y en menor medida en Sierra Leona. En el primer país, la fuga de 17 pacientes de ébola que saquearon y se escaparon el sábado de un centro de aislamiento de la capital, Monrovia, agrava la crisis porque se cree que son portadores del virus.

El ministro liberiano de Información, Lewis Brown, informó a la agencia Reuters de que los tres médicos locales a los que se suministró el fármaco ZMapp evolucionaban favorablemente. La tasa de mortalidad en el conjunto de África occidental, incluso sin la aplicación del tratamiento experimental, ha bajado poco a poco hasta llegar al 54% (frente al 66% de los brotes anteriores en África central).

Dada la magnitud de la crisis, la OMS anunció ayer que, en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), abastecerá de alimentos y "material básico para vivir" a un millón de personas que habitan en las áreas declaradas en cuarentena total en Guinea, Sierra Leona y Liberia. En ocasiones, los agricultores no pueden ni llegar a sus campos porque se lo prohíben los retenes policiales y la producción de alimentos disminuye. Entre los distritos afectados se cuentan Kenema y Kailahun (Sierra Leona), Gueckedou (Guinea) y Foya (Liberia). Según la OMS, atender a esta población "es clave para evitar movimientos innecesarios de civiles y reducir el riesgo de contagio".

La OMS advierte de que el brote no está bajo control y que el progreso es frágil, con un riesgo real de que se reavive, y pidió el lunes a los países que realicen pruebas de detección de salida en aeropuertos, puertos y pasos fronterizos terrestres.