Las condiciones meteorológicas y políticas, la falta de concienciación de la población y la escasez de fondos están dificultando el combate contra el virus del ébola en África Occidental, por lo que la epidemia podría extenderse hasta finales del año. El máximo responsable de la OMS en la lucha contra la epidemia, Bruce Aylward, dejó ayer claro que todavía es necesario "tiempo".

Pero la enfermedad ni descansa ni se retira. El primer caso de ébola surgió en Guinea en diciembre del 2013 y rápidamente la enfermedad se expandió por el resto del país y traspasó las porosas fronteras de Liberia y Sierra Leona. A principios del 2015, Liberia registraba menos de una decena de casos por semana pero, aún así, pasaron cuatro meses hasta que pudo ser declarado el 9 de mayo país libre de ébola.

En enero, Liberia tenía unas cifras similares a las que actualmente presentan Guinea y Sierra Leona, y le llevó cuatro meses llegar a cero. "Por tanto, en el mejor de los casos se podría acabar con la epidemia en septiembre, pero no estamos en el mejor de los casos", aclaró el director general adjunto de la OMS. De hecho, las cifras en el último mes "muestran una carretera muy sinuosa", dijo.

Gran escollo

Hace cuatro semanas se dieron 18 casos en Guinea y Sierra Leona, hace tres nueve, hace dos 36 y la semana pasada doce (nueve en Guinea y tres en Sierra Leona). El primer gran escollo es que África Occidental vive actualmente la estación de las lluvias, con lo que los traslados de personal y enseres se han complicado de forma considerable y lo harán aún más hacia junio y julio, cuando las tormentas serán torrenciales.

Para poder seguir con la respuesta a la enfermedad se necesitarán operaciones con helicópteros y aviones, un proceso extremadamente costoso que está valorado en unos 50 millones de dólares para los próximos seis meses, un monto que, según Aylward, no está disponible. Tampoco la OMS cuenta con los 350 millones de dólares necesarios para responder con mayor eficacia ante una enfermedad que no logra aplacarse.

El enviado especial de la ONU para la respuesta a la epidemia de ébola, David Nabarro, elabora actualmente un llamamiento de fondos revisado que será presentado en los próximos días y Aylward confía que el dinero llegará porque si no habría que tomar "decisiones muy drásticas".

Existen además otros grandes escollos como el hecho de que la comunidad aún no ha asumido completamente lo que significa el virus y cómo derrotarlo. Un ejemplo: de los nueve casos de Guinea, tres murieron en el hogar, sin ser trasladados a un centro médico, lo que indica el recelo que aún existe hacia los hospitales y el alto riesgo de que se den más casos, dado el alto nivel contagioso del enfermo. Otro aspecto preocupante es el hecho de que, si bien dos terceras partes de los nuevos casos provienen de una lista de contactos registrada, en un tercio el origen es desconocido, lo que hace temer el resurgir de nuevas infecciones.

Hasta la fecha, la OMS ha registrado 27.001 casos de ébola, de los cuales 11.132 han muerto. La mala gestión de la epidemia ha obligado a la organización sanitaria a asumir sus errores y a transformarse para estar preparada ante una nueva emergencia sanitaria. Así, ayer adoptó una resolución que le permite tener capacidad operativa para reaccionar ante una emergencia sanitaria de alcance internacional, como la actual epidemia de ébola.