Ni la formación, ni el material y ni siquiera los protocolos establecidos por el Ministerio de Sanidad en la lucha contra el ébola cumplían los requisitos establecidos por la legislación vigente para prevenir los contagios entre el personal sanitario. Así lo establece una investigación llevada a cabo por Consejo General de Enfemería presentada este martes, que ha contado con la participación de ocho de los enfermeros que atendieron a los tres infectados en el Hospital Carlos III de Madrid. La organización que agrupa a los colegios de enfermería podrán en manos de la fiscalía el documento debido a las numerosas infracciones de la normativa que podrían derivar en responsabilidades en los ámbitos labora, civil y penal.

El presidente de la entidad, Máximo González Jurado, ha afirmado que los factores de riesgo para los profesionales que han intervenido en el cuidado de los dos misiones fueron "muchos" y no se pusieron "las medidas adecuadas para minimizarlos" por lo que "nunca se va a poder saber la causa" del contagio de la auxiliar de enfermería Teresa Romero.

La investigación ha detectado, por ejemplo, que un mínimo de tres enfermeros entraron a cuidar a los misioneros sin ninguna formación previa. "En uno de los casos el sanitario llegó de vacaciones y se le mandó a la habitación sin más explicaciones", según González. Sus compañeros se encargaron por propia iniciativa de darles las indicaciones imprescindibles. En otros cuatro casos, se les proporcionó una formación mínima, pero ni siquiera se habían puesto nunca el traje cuando se incorporaron al equipo.

CHARLAS DE ENTRE 15 y 30 MINUTOS

El resto de sanitarios recibieron charlas de entre 15 y 30 minutos y apenas ningún entrenamiento. Respecto al material, el informe desvela que las gafas era inadecuadas al no ser antivaho, que se usaron calzas que no eran impermeables y que los primeros días se empleó un espray para limpiar las superficies que podría haber causado poros en los trajes de protección.

Un ejemplo de cómo puede poner esto en riesgo la salud del paciente y del trabajador es una queja recibida de un enfermero que intentaba poner un cateterismo en una vía, una operación que puede durar 45 minutos y que es muy delicada. "No tenía visibilidad suficiente por las gotas de sudor acumuladas en las gafas y pudo haberse pinchado o equivocarse en la operación. Llegó casi al estado de shock por el nerviosismo y el calor sofocante", ha contado el presidente de los enfermeros.

Respecto a la situación actual, el Consejo reconoce que desde que el comité presidido por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, "la situación ha mejorado", sobre todo en el Carlos III, pero denuncia que el material y la formación de los hospitales de las diferentes comunidades autónomas es aún insuficiente. Estos fallos se muestran en unos vídeos grabados en varios hospitales de la Comunidad de Madrid (del Hospital 12 de Octubre, del Puerta de Hierro, del Infanta Cristina, de Móstoles), del Sistema Andaluz de Salud o del Hospital de San Pedro de Logroño que recibieron kits de protección insuficientes.

La responsabilidad del incumplimiento de la normativa corresponde, según Máximo González, a las autoridades sanitarias de las CCAA pues en ellas están transferidas las competencias de Sanidad casi al 100%. En cuanto a posibles dimisiones, ha asegurado que es un ámbito que no le compete, salvo en el caso, el del consejero de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez. "Creo que el máximo responsable de sanidad en una comunidad lo último que puede hacer es acusar a un enfermo. Esto es inaceptable. Cuando además ese enfermo es profesional del sistema y de forma voluntaria ha tomado una decisión que le puede estar costando la vida. Por tanto, es difícil de entender que siga siendo el máximo responsable de la sanidad madrileña. No tiene perdón de Dios. Para nosotros es una ofensa y por eso exigimos su dimisión", ha concluido González Jurado.