El deporte base de Málaga, especialmente el baloncesto, está en pie de guerra tras dos sanciones de 12.000 euros a sendos colegios públicos por el exceso de ruido que causan los cientos de niños de las asociaciones deportivas que utilizan los patios escolares a falta de otras instalaciones públicas donde entrenar.

Las denuncias partieron de varios vecinos en el 2015, y los expedientes han seguido su curso hasta culminar ahora en dos multas económicas por infracción grave mientras las administraciones se enredan reprochándose sus respectivas actuaciones. La decisión ha causado estupefacción entre los padres e indignación entre los deportistas. La Federación Andaluza de Baloncesto ha decidido suspender los 300 partidos previstos en la provincia para el 16 y el 17 de diciembre en señal de protesta, al tiempo que se organiza una manifestación de afectados ante el consistorio.

La sanción, que incluye la presencia de agentes municipales para evitar que se juegue en las instalaciones afectadas, deja en el aire la actividad deportiva de unos 3.000 escolares, ya que el miedo a una situación similar cunde entre el resto de centros.

Todo comenzó hace tres años, cuando algunos vecinos, hartos de aguantar carreras, gritos y cientos de pelotas botando contra la pista del patio hasta bien avanzada la tarde, presentaron una denuncia ante la delegación de Medio Ambiente. Los inspectores comprobaron que el ruido procedente de los dos centros, el Lex Flavia Malacitana y el Félix Revello de Toro, excedían en hasta 15 puntos los 55 decibelios permitidos.

La situación ha provocado malestar entre las asociaciones deportivas y ha llegado al deporte de élite. El seleccionador nacional de baloncesto, Sergio Scariolo, clamaba en sus redes por una solución para la cantera bajo el lema «sin botes no hay paraíso».