España es diferente en educación con llamativos claroscuros. Ocupa los últimos puestos de Europa en graduados en bachillerato o niveles equivalentes, pero es líder en titulados universitarios (el 39% de los jóvenes de 25 a 34 años), según los indicadores de la OCDE que hizo ayer públicos el organismo internacional. El estudio comparativo muestra que España ha echado el resto en este nivel educativo y que, junto a la facilidad de acceso, el gasto por universitario ha crecido en cinco años más del doble que en el conjunto de 37 países analizados por la organización. El resultado es una creciente devaluación del título, hasta el punto de que entre el salario medio de estos graduados en el 2006 y el de los que tienen solo la educación obligatoria mediaban 47 puntos porcentuales. En Alemania el diferencial es de 74, por debajo del Reino Unido, 89, y EEUU, con 110 puntos.

Este panorama laboral tan poco alentador para los universitarios es otra singularidad española. En 1997 la diferencia en las remuneraciones de los titulados universitarios y las de aquellos que no habían completado los estudios secundarios era de 73 puntos. Pero la distancia se ha reducido en los últimos siete años en un tercio. Según el estudio, la rápida progresión del número de titulados ha ido acompañada en España de una disminución sensible de las ventajas asociadas a los niveles de formación. Los autores apuntan que, junto al aumento de universitarios, el mercado de trabajo español no ha reaccionado como en otros países, quizá por la proliferación de los llamados contratos basura y por la falta de pasarelas claras entre la universidad y el mundo laboral.

Fuentes del Ministerio de Educación lo achacaron a que la estructura empresarial es distinta y algunas empresas no valoran tanto la formación. La secretaria de Estado de Educación, Eva Almunia, fue rotunda: "Es cuestión de los convenios colectivos de las empresas. No sobran universitarios. Al contrario, necesitamos más. A la larga, ser titulado significa que se puede acceder a un mejor puesto, lo que no quiere decir que lo tenga que tener, y con mejores remuneraciones".

ÉXITO ACADÉMICO Almunia pasó de puntillas sobre los datos que sitúan a España a la cola del éxito académico en la enseñanza posobligatoria. Un 28% de los estudiantes de 18 años no tiene un título de bachillerato o similar, lo que ubica a España 14 puntos por debajo de la media de la UE. A esta preocupante cifra hay que añadir el fracaso escolar en la ESO, con un porcentaje similar.

El departamento que dirige Mercedes Cabrera se volcó en destacar que en España la situación ha mejorado en los últimos años por encima de la media de la OCDE, que el país se aproxima al promedio en gasto por alumno y que es líder en equidad, hasta el punto de que el 40% de los universitarios tienen padres con empleos no cualificados.

Almunia reconoció que España "necesita mejorar", especialmente, en la FP de grado medio, ya que el porcentaje de alumnos que se titulan en este nivel se sitúa 16 puntos por debajo de la media de la UE.