Tres aves, dos moluscos, un mamífero y un arbusto son las nuevas especies catalogadas "en situación crítica" en España: un peligroso club que abarca casi 200 muestras de flora y fauna cuyo futuro está seriamente amenazado.

Animales como el oso pardo, el lince ibérico, la foca monje o la cigüeña negra son los primeros que vienen a la mente al pensar en especies en riesgo de desaparición pero lo cierto es que, de las 192 incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, la mayor parte (127) son vegetales.

El resto son aves (21), invertebrados (18), peces (10), reptiles (7), mamíferos (7) y anfibios (2), a los que hay que sumar otras 134 especies en situación de "vulnerable" y 615 más "en régimen de protección especial".

La Conferencia Sectorial de Medio Ambiente presidida por la ministra Isabel García Tejerina decidió ampliar la lista esta semana con tres aves: una anseriforme (cerceta pardilla), otra galliforme (urogallo cantábrico) y la tercera paseriforme (alcaudón chico).

Protección urgente

También incluyó un mamífero (visón europeo) y dos moluscos, uno de agua dulce (náyade auriculada) y otro de agua salada (nacra común), junto con un arbusto de la familia 'Cistaceae' (jara de Cartagena).

"Todas estas especies estaban ya consideradas en peligro de extinción", ha explicado a Efe el responsable del programa de especies amenazadas de SEO Birdlife, Nicolás López, pero "con la nueva catalogación, la diferencia es que el Gobierno concederá a partir del año próximo una asignación económica en los Presupuestos Generales del Estado para ejecutar medidas urgentes de protección".

Esto tendrá "efectos positivos" como por ejemplo la elaboración de censos "con los que trabajar más cerca de la realidad", explica, y pone como ejemplo el caso del urogallo cuyo último recuento oficial "se realizó hace más de diez años".

Zonas en declive

Este ave, presente en el Cantábrico, está entre las más amenazadas "por los cambios en su entorno, así como por la presión cinegética", ha lamentado López, mientras que la cerceta pardilla, presente en la Comunidad Valenciana, Andalucía y Murcia, padece un "considerable declive en zonas como Doñana o La Albufera", fruto "del deterioro y la sequía de los humedales".

El alcaudón chico, que vive en entornos agrarios y está "amenazado por la intensificación del uso de herbicidas y plaguicidas", ha precisado López, "apenas cuenta hoy con 10 parejas, todas en Cataluña".

Del visón europeo, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, sólo quedan unos 500 ejemplares, repartidos por Navarra, Castilla y León, País Vasco y La Rioja.

Para recuperar su población, WWF España considera que es preciso dedicar un presupuesto de un millón de euros anuales, además de incrementar el control del visón americano, "su principal amenaza", ha explicado a Efe su responsable del Programa de Especies, Luis Suárez.

La náyade auriculada, almeja de agua dulce de gran tamaño, vive en el Canal Imperial y el Canal del Tauste de Aragón y ha sido la modificación de las características naturales de los ríos "la causa principal de su desaparición a gran escala", según el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad de Aragón, Joaquín Olona, quien ha añadido que la especie "ya está siendo criada en cautividad para evitar su desaparición".

Alta mortalidad

La nacra común, presente en Catalunya, Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Baleares, también sufre una alta mortalidad desde finales de 2016, aunque de momento se desconoce la causa.

En cuanto a la jara de Cartagena, arbusto con una característica flor rosa presente en el tramo oriental de la Sierra cartagenera y en la Puebla de Vallbona (Valencia), es una de "las más amenazadas de la península ibérica".

Lo confirma la profesora e investigadora de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Cartagena, María José Vicente Colomer, quien ha advertido de que "se conservan menos de 20 individuos en estado silvestre".