La flexibilidad laboral, uno de los puntos esgrimidos por los defensores de la conciliación familiar, no beneficia igual a hombres que a mujeres, al menos en lo que los afectados perciben. Según un estudio elaborado por la consultora Bain & Company, mientras las mujeres que disfrutan de la flexibilidad laboral opinan que tienen más posibilidades de triunfar en su empleo, los hombres que tienen estas mismas condiciones de trabajo --y que en algunos casos ellos mismos han pedido-- se sienten desanimados y con la sensación de que son juzgados por sus jefes y de que sus carreras no prosperarán.

El estudio, titulado 'El poder de la flexibilidad. Una clave para impulsar la igualdad de género y el compromiso laboral', recabó las opiniones de 1.030 directivos australianos sobre cómo veían la flexibilidad en su trabajo, desde el punto de vista personal y como método de organizar la empresa. Se entiende como un trabajo flexible aquel que permite al empleado controlar cuándo, dónde y cómo trabaja, incluyendo trabajar desde casa o fijar sus horas de trabajo.

Los consultores les preguntaron también si estaban a gusto con este sistema, si recomendarían a otras empresas este modelo organizativo y si creían que el sistema permitía a las mujeres progresar a niveles sénior en la empresa. Las respuestas reflejaron que los niveles de confianza y de compromiso con la empresa eran menores entre los hombres que trabajaban con flexibilidad y los que no. Asimismo, el doble de hombres que de mujeres vieron rechazadas sus solicitudes para tener flexibilidad laboral. "Mi jefe me dijo que no tendría ninguna promoción si trabajaba a jornada partida", explicaba un encuestado. "Tenía flexibilidad laboral pero me sentía juzgado por disfrutarla", apuntaba otro.

En cambio, las mujeres que disfrutan de esa flexibilidad en el trabajo, estaban más comprometidas con su empresa y se sentían más seguras a la hora de lograr promociones. En este sentido, el estudio rompe la creencia de que las mujeres que optan por la flexibilidad están renunciando, implícita o explícitamente, a progresar en sus carreras.

MECANISMO POCO EFICAZ

El estudio concluye que esta diferencia demuestra que las empresas no han conseguido establecer con eficacia este mecanismo de flexibilidad laboral para los hombres. Las empresas australianas son cada vez más conscientes de que, para conservar el talento y seguir siendo punteras, necesitan prepararse para un futuro donde la flexibilidad laboral mande. Sin embargo, a día de hoy, apunta el estudio, solo el 48% de firmas tienen una política de flexibilidad y, en algunos de estos casos, aunque existe, no se utiliza eficazmente.

Los consultores acaban con 4 recomendaciones a las empresas: que impulsen la flexibilidad laboral y hagan de ella una política habitual, que aseguren que funciona con igual eficacia para hombres que para mujeres, que los directivos, desde CEO a jefes de equipo, apoyen activamente este sistema y que aprovechen la tecnología para crear entornos de trabajo ágiles. El reto está sobre la mesa.