Las autoridades italianas cifraron ayer en diez las personas fallecidas tras ser arrastradas el lunes por el agua, el barro y las rocas del río Raganello, en la región de Calabria, al sur del país. Las fuertes lluvias caídas hicieron subir de forma repentina el nivel de las aguas que bajaron en forma de enorme corriente embravecida a su paso por un angosto desfiladero donde varios excursionistas estaban practicando barranquismo. En esta parte, la garganta tiene un kilómetro de profundidad con paredes rocosas de apenas cuatro metros de ancho. «Una auténtica avalancha de agua llegó de repente. No tuvimos tiempo de hacer nada», explicó un excursionista holandés citado por los medios italianos. «Tuve suerte, fue algo increíble, el infierno», añadió.

Una veintena de heridos

Las labores de rescate continuaron ayer después de que se trabajara toda la noche del lunes al martes con ayuda de potentes focos. Las víctimas mortales, todos italianos, son seis hombres y cuatro mujeres. La fuerza de las aguas provocaron que los cuerpos de algunas víctimas fueran localizados varios kilómetros río abajo. Los equipos de salvamento rescataron a 23 personas, de las cuales cinco tuvieron que ser atendidas por heridas graves. Entre los heridos hay dos menores, uno de ellos una niña que fue trasladada al hospital en helicóptero por sufrir problemas de hipotermia.

Las autoridades no habían dado aún ayer por acabado las labores de búsqueda ya que se desconoce el número de personas que se encontraban en el desfiladero cuando llegó la avalancha. La entrada al lugar es libre y no hay un registro. «No podemos excluir que haya alguien más allí», dijo Piefrancesco Demilito, de protección civil. En un momento de temió por la vida de tres personas que se daban por desaparecidas, aunque posteriormente fueron localizadas sanas y salvas en la región de Basilicata. No formaban parte del grupo de excursionistas afectados por el suceso.

Los meteorólogos habían advertido de posibles fuertes lluvias en el zona. «Las crecidas del torrente se dan solo en invierno y nunca había pasado en esta época del año», afirmó el responsable del equipo de rescate alpino de Calabria, Luca Franzese. «El Gobierno está con las víctimas y quiere saber lo que no funcionó. Hemos pedido un informe a la prefectura de Cosenza», señaló el ministro de Medio Ambiente, Sergio Costa. «El país entero está profundamente triste por esta nueva tragedia que ha causado muertos y heridos en el Parque Pollino», afirmó, por su lado, en un comunicado el presidente de la República, Sergio Mattarella, en referencia también al desplome el martes de la semana pasada del puente de Génova que causó 43 muertes.

Las gargantas del río Raganello forman un área natural protegida que se extiende a lo largo de 1.600 hectáreas y un cañón de 13 kilómetros de longitud y que está ubicada en el Parque nacional del Pollino.