La piqueta tiró un nuevo edificio levantado en un terreno prohibido y una marea negra brotó de los escombros en todas direcciones. Más de un millón y medio de cucarachas acababan de ser liberadas. Wang Pengsheng, quien había empezado el negocio seis meses atrás con la compra por 100.000 yuanes (12.000 euros) de 102 kilos de huevos de cucarachas, masticaba su mala fortuna.

Ocurrió el pasado 20 de agosto en Danfeng (provincia oriental de Jiangsu). La noticia sirvió para alumbrar un negocio tan pujante como desconocido. Las autoridades no habrían demolido la granja de haber sabido lo que encerraba, pero la cría de cucarachas no es un negocio que agradezcan los vecinos. Existen más de un centenar de granjas en China y el número crece exponencialmente al calor de la demanda de la medicina tradicional y la cosmética. Las cucarachas, tras ser alimentadas, son extraídas de sus nidos a paletadas o con métodos de absorción, se lanzan en cubas de agua hirviendo y se dejan secar al sol.

Su precio se ha multiplicado por diez en apenas tres años: el medio kilo ha pasado de 1,5 euros a 15, aunque puede alcanzar hasta los 65 euros. El sector disfruta de un panorama esplendoroso. La medicina tradicional china dispone actualmente de 1.000 toneladas y necesita el triple, según la publicación Quartz. La industria almacena las cucarachas trituradas en forma de polvo, un valioso concentrado proteínico.

Alta rentabilidad

La rentabilidad es incontestable. Apenas se necesita una mínima inversión en huevos y un edificio desvencijado. Las cucarachas se multiplican con rapidez, se alimentan de cualquier resto orgánico y tienen una capacidad de supervivencia inigualable en el reino animal. A su lado, la cría de cerdos o pollos está sometida a un cúmulo de contingencias ruinosas. Muchos granjeros que antes se dedicaban a la cría tradicional se han pasado a la "cría especial", como eufemísticamente se conoce al gremio.

Al menos cinco compañías farmacéuticas utilizan ya polvo de cucarachas. Tanto China como Corea del Sur estudian su eficacia contra problemas tan variados como la calvicie y el sida. El Instituto de Investigación Agrícola de Jeonnam (Corea del Sur) y la Universidad de Farmacia de Dali (China) han publicado trabajos sobre las propiedades anticancerígenas de las cucarachas, según publica el diario Los Ángeles Times. Otras fuentes le reconocen probados efectos benéficos contra la cirrosis y el envejecimiento.

El negocio nació después de que un profesor de medicina descubriera que etnias minoritarias en las zonas montañosas de la provincia de Yunnan (oeste) utilizaban polvo de cucarachas para tratar la tuberculosis ósea. Tras más de una década de investigaciones, patentó el remedio como ingrediente de la medicina tradicional.

Los productores esperan extender sus cucarachas como pienso para peces y animales y como delicia para el hombre. La inclusión de insectos en la dieta humana aliviaría muchos problemas globales.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ya estudió el tema en un foro en Tailandia en el 2008. Los ritmos de crecimiento demográfico mundial (de los 6.000 millones actuales a 9.000 millones en el 2050) y del consumo de carne per cápita (20 kilos hace dos décadas, 50 ahora y 80 en 20 años) desbordan las capacidades de la ganadería tradicional.

Escrúpulos occidentales

Los insectos contienen altas dosis de proteínas, vitaminas y minerales. Su cría produce una décima parte de metano y 300 veces menos óxido nitroso que el ganado. En su contra solo juegan los escrúpulos occidentales, que por el contrario no alcanzan a bichos como la langosta, el cangrejo o el caracol. Más de un millar de tipos de insectos se comen en el 80% del mundo, especialmente en las zonas tropicales.