La Guardia Civil descartó ayer que el detenido por la desaparición de su inquilina en Majadahonda (Madrid) sea un asesino en serie y ha ceñido su investigación a ese caso y al de la tía del presunto agresor, propietaria de la vivienda y cuyo paradero se desconoce desde el 2011.

El comandante jefe de la Guardia Civil de Majadahonda, Julián Martínez, informó ayer en rueda de prensa sobre la investigación y confirmó que ya se han localizado a los dos inquilinos que faltaban de los seis últimos que habían habitado esa vivienda. A Bruno H. V., de 32 años, solo se le imputa por ahora de un delito de detención ilegal relacionado con la desaparición de Adriana Giogiosa, una mujer argentina de 55 años, a la que podría haber matado y descuartizado, a tenor de los restos de sangre encontrados en la picadora de su casa.

Los agentes, que el pasado jueves peinaron una finca en la localidad toledana de Santa Cruz de la Zarza que pertenece al detenido, también continúan buscando los restos de la inquilina entre las 22.000 toneladas de basura que se acumulan en el vertedero de Pinto.

Asimismo, se busca a la tía del detenido, dueña de esa casa. Según los investigadores, desapareció "de forma no voluntaria" tras poner en venta dicha vivienda, de la que era propietaria.

Vecinos y allegados atestiguan que puso en venta su chalet. Pese a eso, el instituto armado ha encontrado otro documento de fecha posterior en el que la dueña se la cede en usufructo al sobrino. Los agentes averiguan si la firma de la mujer es suya o está falsificada.

En el marco de esta investigación, la Guardia Civil ha podido localizado en los últimos días a las seis personas que habían residido en la vivienda de Majadahonda y descartan que a Bruno H.V. se le puedan atribuir más víctimas y sea "un asesino en serie", en palabras del mando de la Guardia Civil.