La Dirección General de la Guardia Civil está realizando un estudio de mercado para valorar la conveniencia o no de adquirir armas eléctricas del modelo Taser, para que puedan ser usadas por los agentes del Instituto Armado para reducir a una persona inmovilizándola temporalmente. Dicho estudio se remonta a una orden interna de 2015 y aún no ha terminado.

El uso de armas Taser es una antigua reivindicación de asociaciones y sindicatos de las fuerzas de seguridad, entre ellos AUGC, que el pasado mes de marzo elevó la propuesta al Consejo de la Guardia Civil al entender que esta pistola ayudaría a "reducir el riesgo de sufrir lesiones u ocasionarlas". Esta asociación asegura que la propuesta cuenta con el respaldo de 900 de sus afiliados.

Las pistolas eléctricas o Taser, usadas por los Mossos d'Esquadra en Cataluña, encuentran la oposición de colectivos de derechos humanos por su peligro de muerte, en casos como, por ejemplo, los de personas con problemas de corazón -enfermedades que no pueden ser detectadas a simple vista por un policía- al recibir un disparo eléctrico.

Las pistolas, que toman su nombre por una de las empresas que las comercializa, son paralizantes y pueden emplearse en contacto directo sobre el cuerpo o mediante el lanzamiento a una distancia de 6-7 metros de dos dardos. El arma realiza una descarga de 50.000 voltios de bajo amperaje. Su objetivo es atacar el sistema neuromuscular central y causar un colapso general momentáneo, por lo que la persona que es atacada con una pistola eléctrica suele caer inmediatamente en el suelo. La descarga dura cinco segundos y se puede efectuar de forma consecutiva.

El Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa, pide evitar el uso de las Taser en personas intoxicadas por el alcohol u otras drogas así como contra enfermos mentales, ya que pueden no entender los avisos previos al uso de este tipo de armamento. También añade que "en ningún caso" la policía debe utilizar pistolas eléctricas para hacer cumplir una orden o efectuar una detención. En manifestaciones o situaciones de desordenes públicos, no se deben usar "salvo que impliquen riesgos reales e inminentes para la vida o la integridad física de las personas". La ONU dice también que las Taser "no se pueden distribuir de forma generalizada entre los agentes" y sólo recomienda su uso en "agentes debidamente formados".

ESTUDIO DE 2015

Según detalla en un comunicado AUGC, la Dirección del Instituto Armado les ha remitido un escrito explicándoles que "en la actualidad el Servicio de Armamento y Equipamiento Policial está realizando un estudio de mercado para ver cuál podría ser el modelo más adecuado para ser adquirido por la Guardia Civil".

Fuentes de la Dirección de la Guardia Civil han precisado que este estudio aún no ha concluido y que, por tanto, no se ha adoptado ninguna decisión al respecto. El informe fue autorizado por la Dirección Adjunta Operativa por iniciativa propia en 2015 en el contexto de otros tantos estudios que se realizan para implementar posibles mejoras operativas.

LA AUGC: "MEDIDA INTERMEDIA"

La Guardia Civil reconoce que, efectivamente, se han probado armas de diferentes modelos y que también se han comparado precios, pero insisten en que oficialmente no hay ninguna conclusión ni tampoco fecha estimada para comunicar si adquieren este tipo de armas eléctricas no letales.

AUGC ha valorado positivamente la posibilidad de usar estas armas Taser al entender que "se hace necesaria la utilización de medidas intermedias entre el uso del arma de fuego y nada". "Es necesaria la dotación de armas eléctricas que permitan reducir a una persona sin ocasionarle daño físico, inmovilizándola temporalmente", señalan.