Un equipo internacional de investigadores ha descubierto gracias a la sonda espacial Dawn que el planeta enano Ceres contiene restos orgánicos alifáticos -compuestos químicos capaces de desarrollar vida- y ha determinado que no proceden de fuera del asteroide, sino que se formaron en él. Según los expertos, estos compuestos se formaron en el planeta porque si hubieran llegado a él tras chocar con algún objeto cósmico el calor extremo del impacto los habría destruido.

Y es que, dado que Ceres alberga grandes cantidades de agua y todavía puede retener calor de su periodo de formación, es muy probable que estos compuestos orgánicos se desarrollaran en el interior de este cuerpo planetario, concluye el estudio que ha publicado la revista Science.

Este hallazgo sirve a Michael Küppers, de la Agencia Espacial Europea de base para otro artículo que también se publica en Science y que, con el título Ceres, el planeta enano y los ingredientes de la vida, pone en perspectiva los recientes descubrimientos de moléculas complejas y agua en el planeta enano. Küppers recuerda que las condiciones de formación de la Tierra son poco compatibles con la formación de vida, por lo que se considera la posibilidad de que los componentes orgánicos que dieron lugar a la vida en nuestro planeta procedieran de cometas o asteroides que impactaron con el planeta.

Desde la primavera de 2015 Dawn ha estado orbitando al planeta Ceres y cartografiando su superficie. Gracias a su equipación, esta nave de la NASA proporcionó pruebas convincentes de que el hielo está distribuido por todo el subsuelo.