Carolo Ruiz, hijo de Terele Pávez, ha agradecido la gran cantidad de muestras de cariño que está recibiendo tras el fallecimiento de su madre, que mitigan "la tragedia de que se vaya un ser irrepetible" que le he hecho estar "lleno de amor y felicidad para diez vidas".

El hijo de la actriz, fallecida ayer tras sufrir un derrame cerebral, se ha explicado así ante los medios poco después de la apertura de la capilla ardiente en el tanatorio de San Isidro de Madrid, por la que han pasado compañeros de la actriz como Álex de la Iglesia y Kiti Mánver y numerosos allegados.

Carolo ha agradecido todos los mensajes que está recibiendo, ha animado a las personas que lo deseen a visitar la capilla ardiente y, visiblemente emocionado, ha dicho: "El que quiera hacer algo por ella, rendirle algún tipo de homenaje, que sea feliz. Nada le va a hacer sentir más gozosa, allá dónde esté, que sentirnos felices y que la recordemos sonriendo".

Ha destacado "la tragedia que es que se vaya un ser irrepetible" e "increíble" con el que él ha vivido 44 años, por lo que se considera "la persona más afortunada sobre la faz de la tierra", ya que le ha dejado "lleno de amor y felicidad para diez vidas".

Terele Pávez tenía 78 años y varias enfermedades, como diabetes y arritmias, que a veces le hacían recaer pero de las que siempre se recuperaba, hasta ayer que sufrió el derrame mortal, según ha explicado.

"Su experiencia era tener bajones para luego de ellos crear un universo inexplicable", ha relatado su hijo.

Carolo Ruiz ha acudido al tanatorio con un cuadro con el dibujo de una mujer que según ha relatado le regalaron a su madre tras grabar "Las brujas de Zugarramurdi" (2013) y que tiene un gran significado personal porque una antigua pareja suya le hizo un retrato a Pávez que está expuesto en un museo, y al hacer esa película un amigo encargó una copia del mismo para la actriz.

Este cuadro presidirá la capilla ardiente durante el día de hoy para recordar a la actriz.