El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el cardenal Ricardo Blázquez, señaló ayer por la tarde que en la Iglesia no «se ha reaccionado con frecuencia debidamente» frente a los abusos sexuales a menores. Así lo manifestó Blázquez durante su intervención en la presentación en Madrid del libro de Daniel Pittet titulado Le perdono, padre. Sobrevivir a una infancia rota, en el que el autor, víctima de un cura pederasta, narra su testimonio.

«Me parece que este libro es un ejercicio de verdad, después de tantas ocultaciones y sufrimientos», dijo el cardenal. El religioso reconoció que testimonios como el de Pittet «hacen caer el muro de silencio que ahogaba los escándalos y que ahora sirven para proyectar luz sobre una sombra de la Iglesia». Estas últimas palabras son las mismas que ha utilizado el papa Francisco en el prólogo de este relato autobiográfico. Blázquez expresó que en este campo se debe actuar con verdad y libertad, con «tolerancia cero» y defendiendo siempre la dignidad de los débiles y humillados. A través de un traductor, Pittet -bibliotecario en Suiza- explicó que él pudo perdonar al cura que abusó de él durante años, al que ha calificado como «cerdo», un perdón que, a pesar de que no le ha resultado fácil, le ha permitido ser «un hombre libre». El autor indicó que el 99% de los sacerdotes «hacen bien su trabajo y son personas ejemplares», si bien, el 0,1% de los abusos a menores se han producido en la Iglesia.

Pittet cuenta en su libro que, entre 1968 y 1972, de los 9 a los 12 años de edad, «descendió a los infiernos» y a los 58 años, «ya en pie» decidió reconstruir un relato de denuncia de las «atrocidades» sufridas, una historia de «superación» y de «perdón».

EL ACOSADOR / Además, el libro recoge una conversación con el sacerdote que cometió los abusos. «No puedo pagar la deuda contraída con mis víctimas; procuro, cuando es posible, encontrar soluciones. Por esta razón acepté testificar en el libro de Daniel», indica el clérigo.

El prólogo de este relato autobiográfico corre a cargo del papa Francisco, que se pregunta: «¿Cómo puede llegar un sacerdote, ordenado al servicio de Cristo y de su Iglesia, causar tanto mal?». Además, agradece a Pittet su testimonio porque ayuda a «hacer caer el muro de silencio» sobre estos casos.

En la presentación también intervino el delegado de la Compañía de Jesús en Madrid, Pablo Guerrero, quien confesó que se ha sentido «avergonzado» al leer algunos párrafos del libro, puesto que en él ha encontrado «dolor», aunque también «agradecimiento, valentía, riesgo, denuncia y fortaleza».