Los padres de la pequeña Lynlee, Jeff y Margaret Boemer, recibieron con gran alegría la noticia de que iban a ser padres por tercera vez. Pero en la ecografía rutinaria de la semana 16ª de gestación, los médicos detectaron un extraño tumor en el coxis del feto.

Aunque la primera recomendación de los médicos fue que Margaret abortara, ya que debido al tamaño del tumor la continuación del embarazo ponía en riesgo la vida del bebé y de la propia madre, la familia Boemer no se lo pensó dos veces y decidió luchar por la vida de su hija.

Después de investigar acerca del teratoma sacrococcígeo que afectaba a su hija, decidieron visitar el hospital de niños de Texas, en Houston, y a las 20 semanas de embarazo, después de un sinfín de resonancias magnéticas, ultrasonidos, ecocardiogramas, los especialistas decidieron que para poder salvar la vida del feto, había que operarle.

UNA OPERACIÓN MUY ARRIESGADA

La intervención consistía en sacar al bebé del cuerpo de la madre para extirparle el tumor y después volver a introducirlo en el útero materno. Una operación muy arriesgada y con una probabilidad de éxito del 50%.

A las 23 semanas de gestación, el tumor empezó a provocar al bebé una insuficiencia cardiaca, por lo que los médicos tuvieron que intervenirle de urgencia. En el primer nacimiento de Lynlee, que duró 20 minutos, se le pudo extirpar un 90% de las células cancerígenas y aunque fue necesaria la reanimación cardiaca del bebé y una transfusión de sangre, la operación fue todo un éxito y fue devuelta al cuerpo de su madre.

Los primeros días fueron los más críticos, pero al cabo de una semana el feto se estabilizó y finalmente a las 36 semanas, Lynee nació por segunda vez mediante una cesárea programada. A los pocos días de su nacimiento volvió a ser operada para eliminar los restos del tumor que no pudieron extirparle en la primera operación.

FACTURAS DESORBITADAS

Después de la gran alegría que ha supuesto para Jeff y Margaret poder coger a su hija en brazos, ahora tienen que hacer frente a las facturas desorbitadas que ha supuesto la operación y tratamiento de su hija. Por eso, han decidido explicar la increíble historia de Lynee y abrir una cuenta en Gofundme para recaudar fondos y así poder sufragar los gastos de la intervención de su hija.