Un joven de 24 años abrió la cabeza con una garrota al padre de su novia, una menor de 16 años embarazada de cuatro meses, después de que el progenitor de la chica la golpeara en la tripa para que abortara, además de insultarla. Pese a los golpes en la barriga, el feto no resultó dañado y la gestación evolucionaba con normalidad, según pudieron certificar los facultativos en el parte médico que el hospital Gregorio Marañón emitió tras atender la menor, informaron a Efe fuentes de la investigación, que señalaron que ambos hombres fueron detenidos.

El suceso tuvo lugar a las 00.10 horas del pasado jueves en una vivienda del barrio de Ventas del distrito madrileño de Ciudad Lineal. Según el relato de la joven, de su novio y de la madre de éste, el padre de la menor, que, al parecer, se oponía a la relación sentimental que mantenía su hija, acudió a la casa donde se encontraba la pareja viendo la televisión, en estado de embriaguez y golpeando insistentemente la puerta. Cuando le abrieron, el hombre, Luis C.M., de 47 años, comenzó a proferir insultos y amenazas al novio de su hija y a ésta.

Luis, según las declaraciones policiales, agarró a su hija por el cuello cabelludo y llegó a dar patadas en el abdomen de la embarazada. El novio de la menor, Isaac M.E., de 24 años, intentó defenderla de los golpes y con una garrota golpeó en la cabeza a Luis, al que los agentes de la Policía Nacional encontraron en al calle sentado en el suelo, con un profundo corte en la cabeza e intentando tapar la hemorragia con un pañuelo.

Una unidad del Samur-Protección Civil asistió al hombre y le trasladó al hospital de La Princesa con una posible fractura en el cráneo y pronóstico reservado.

Luis relató a los agentes que había sido agredido cuando fue a buscar a su hija embarazada de cuatro meses, ya que creía que la tenían retenida contra su voluntad.

En declaraciones a Efe, Luis Campins, que fue operado a consecuencia del golpe, niega haber agredido a su hija, a quien asegura que sólo a fue a buscar. Cuando estaba con ella sintió «como le reventaban la cabeza» y perdió el conocimiento, explica y añade que su hija está «coaccionada, atemorizada y manipulada».

Tras la pelea, la pareja huyó a la carrera del domicilio, pero poco después fue interceptada por una patrulla policial cuando regresaba a la casa.