Sólo Cristina C. sabrá por qué decidió acabar con su vida lanzándose desde un puente el pasado martes por la tarde. Más allá de su última motivación, todos los testimonios coinciden en que la joven de 16 años era desde hace meses objeto de acoso por parte de algunas compañeras del colegio Sagrada Familia de Elda (Alicante). Así lo habló con sus padres, que en diciembre presentaron una denuncia ante la policía, aunque al final todo se arregló de forma aparentemente amistosa reuniendo en el colegio a agresoras y agredida, junto a los padres y educadores.

Así lo confirmó el director del centro, Ignacio Bleda, quien afirmó que no tuvo conocimiento de nuevos incidentes dentro del recinto escolar. La policía abrió una investigación y, según el comisario de Elda, Ignacio Gómez, el asunto quedó como "una agresión entre chiquillas".

Pero el acoso continuó. María Rosa C., tía de Cristina, explicó ayer que la adolescente dijo a sus padres que "no podía más". De hecho, según varias compañeras, la semana pasada, los insultos y las amenazas se convirtieron en una nueva agresión al provocarle una caída mientras circulaba en un ciclomotor.

MUY ESTUDIOSA Las agresoras son, según estas compañeras, un grupo de tres alumnas de su misma clase conocidas como las chulas , a las que Cristina "plantó cara" en un principio porque "se burlaban de que fuera muy estudiosa". Tras el incidente del ciclomotor, la madre decidió llevar y recoger ella misma a su hija en el colegio. El miércoles la dejó en el dentista después de clase. Ya no supo nada más de ella hasta que la policía la avisó de que Cristina estaba moribunda tras caer desde 25 metros de altura sobre el cauce seco del río Vinalopó. La joven falleció mientras la ingresaban en el hospital.

La policía investiga ahora si existe relación directa entre el acoso y la muerte, aunque el comisario Gómez se mostró ayer escéptico al ver "el caso sobredimensionado" y "ganado por el morbo". El Ayuntamiento de Elda lamentó la muerte de Cristina y, "sin prejuzgar el resultado de la investigación", calificó el acoso de "intolerable violación de los derechos fundamentales".

Medio centenar de padres de alumnos del colegio se congregaron a la salida de clase para mostrar el dolor por la muerte de la compañera, que será enterrada hoy.

EL ´CASO JOKIN´ Este caso de acoso escolar recuerda el vivido por el joven Jokin C., que se suicidó el pasado año en Hondarribia (Guipúzcoa). Los siete chicos y una chica imputados por acosar a Jokin fueron condenados a 18 meses de libertad vigilada por un delito de maltrato, aunque fueron absueltos por el Juzgado de Menores de San Sebastián del delito de inducción al suicidio. El juez recogía en la sentencia que "no es posible buscar una relación causa-efecto entre el suicidio y la actuación de los acusados", ya que ninguno podía intuir el desenlace.