Decepcionados por no observar el nacimiento de un islote pero también reconfortados porque la actividad económica podrá empezar a renacer, los miembros del equipo de seguimiento empiezan a dar por finiquitado el proceso eruptivo en El Hierro... Hasta próximo aviso.

Los principales indicadores avalan que "la actual" fase eruptiva está concluyendo, como subrayan los especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto Geográfico Nacional (IGN) que coordinan el análisis de los datos: ha descendido el tremor o temblor constante causado por el magma en movimiento; prácticamente han desaparecido los terremotos intensos, que son el principal síntoma de que los materiales pugnan por salir a la superficie, y se ha estabilizado o ha disminuido la deformación superficial de la isla, también resultado del empuje del magma. "El volcán ha amanecido dormido", clamó el jueves el presidente de Canarias, Paulino Rivero.

DORMIR EN CASA No obstante, Carmen López (IGN) afirma que hasta que no se recobre la total normalidad --es decir, que los parámetros sean los mismos que había el pasado julio-- proseguirá el seguimiento. Así se podrá prever con antelación un hipotético resurgimiento, añade.

De hecho, como los sismógrafos todavía perciben un ligero tremor, se ha estimado conveniente mantener el nivel de alerta (semáforo rojo) en la zona de La Restinga, aunque a los 500 vecinos ya se les permite pasar la noche en casa. Los terremotos más importantes de los últimos días se sitúan lejos, en la costa del municipio de Frontera, y a grandes profundidades (más de 20 kilómetros).

López recuerda que el IGN ya tenía en el Hierro instrumentos antes de iniciarse la crisis, pero que los sensores instalados en los últimos meses contribuirán a mejorar la previsión. El equipo de seguimiento está formado por unos 25 investigadores del IGN y el CSIC, más la colaboración del Involcán, una asociación sufragada por el Cabildo de Tenerife.

ERUPCIÓN PEQUEÑA En líneas generales, la erupción fue pequeña y breve, estima Joan Martí (CSIC). Las muestras de material piroclástico que se han recogido son basaltos propios de las erupciones que se registran en Canarias. La primera salida de magma se produjo en torno a los 1.000 metros de profundidad, añade Martí, y posteriormente hubo una segunda más intensa a unos 200, momento en el que se apreciaron claramente el burbujeo y el remolino del agua superficial.

En opinión de José Luis Fernández Turiel, investigador del CSIC no presente en El Hierro, el debilitamiento del tremor forma parte de "fases típicas" de estas situaciones. "Podemos estar unos días con poca actividad y luego reiniciarse. Y puede ser también que realmente no pase nada", avisa. Así es el vulcanismo.

Para López, el haber vivido una crisis como la actual, aunque sea incompleta, resultará muy provechoso: "Si no tienes una erupción, no aprendes de verdad", asegura. También asume que se vivieron momentos de tensión cuando el fenómeno no estaba claro y se tardaba en interpretar los datos. Ahora lo tendrían un poco más fácil.