El director noruego Erik Poppe, a pesar de considerarse republicano, ha realizado una de las mejores películas en torno a la monarquía de los últimos tiempos. Se trata de La decisión del rey, y en ella analiza un hecho crucial para la historia de su país que, hasta el momento, no había sido lo suficientemente reivindicado: La negativa del monarca Haakon VII de plegarse a los intereses de Hitler a la hora de dejar que su país fuera ocupado por las tropas alemanas. Este acto de firmeza y el empeño que puso a la hora de proteger a su pueblo de los intereses foráneos lo considera un ejemplo para los tiempos que corren. De ahí su interés por hacer esta película. "Creo que es una historia que adquiere una relevancia inesperada en estos tiempos. Acercarnos a la figura de un líder que está dispuesto a sacrificar hasta su vida para salvaguardar la democracia y a su pueblo".

Erik Poppe, durante el rodaje de 'La decisión del rey'.

Poppe no esconde que siente una gran simpatía por este rey. Ha pasado tres años de su vida investigándolo a fondo, acudiendo a las fuentes originales y consultando montañas de bibliografía. Su máxima obsesión a la hora de retratarlo era que los sucesos que se contaran fueran lo más cercanos a la realidad posible. Esa fijación por captar la verosimilitud del momento reconoce que le viene de su época de reportero de guerra, donde el aquí y el ahora se convertían en lo único importante. "Quería verter mi experiencia y trasladar el lenguaje inmediato y urgente de las trincheras a una película histórica. No me interesa ese modelo clásico en el que todo está muy construido y edificado, quería darle vida al momento y a los personajes, que fuera como si el propio espectador estuviera ahí metido".

Quizás por esa razón 'La decisión del rey' está llena de pequeños detalles. Está narrada desde la exhaustividad, de cada escenario, de cada fecha, de cada minuto y segundo. Así, nos adentramos en la vorágine tensa y claustrofóbica de unos días que cambiarían el destino de una nación a través de la mirada de un hombre cuya máxima obsesión es simplemente hacer las cosas bien. "Hoy en día los líderes están más centrados en seguir manteniendo su poder que en servir a los suyos. Son líderes que creen que la gente está ahí para servirlos a ellos, y no al revés".

Mantener la dignidad

La película nos muestra al soberano, pero también al hombre, con sus dudas y sus miedos, con sus achaques debidos a la edad, y también nos describe de una manera especialmente íntima la relación con su hijo, que más tarde se convertiría en Olaf V, así como las diferencias ideológicas que ambos mantuvieron. Lo que más admira Erik Poppe de Hakoon es que siempre se preocupó por los más desfavorecidos, y obligó a que en el Parlamento estuvieran representados los obreros, los trabajadores y los comunistas. "Es una película sobre la importancia de las grandes decisiones en los momentos oportunos. También de la necesidad de mantener la dignidad, aunque parece que se tenga todo en contra. No se trata de orgullo, sino de autoestima".