La Fiscalía pide diez años y medio de prisión para el líder pastoral de una iglesia evangélica de Barcelona, acusado de abusar sexualmente de una menor de 12 años, con la que presuntamente mantuvo relaciones sexuales en varias ocasiones con el consentimiento de la niña.

La sección 21 de la Audiencia de Barcelona ha celebrado hoy el juicio contra Macsuel Leonor P.P., de 35 años y que, por su función de líder pastoral de la iglesia evangelista, dirigía un grupo de oración o evangelización del que formaban parte la menor y su madre.

Además de los frecuentes encuentros con la niña en el grupo, que incluía reuniones en los domicilios de los fieles, el procesado mantenía contacto con la menor por Facebook y teléfono móvil y a través de la red consiguió citarla en su casa, donde, según la Fiscalía, mantuvieron relaciones sexuales en varias ocasiones en junio de 2012, hasta que la madre lo descubrió.

El propio ministerio público reconoce que las relaciones sexuales fueron consentidas por la niña, pero el Código Penal considera delito cualquier tipo de contacto sexual con menores de trece años, límite de edad que el Ministerio de Justicia está estudiando ahora elevar.

También lo ha admitido hoy la menor, que, a puerta cerrada y protegida visualmente del acusado por una mampara por orden del tribunal, ha explicado a los jueces que aceptó mantener relaciones sexuales con él porque estaba enamorada, según han informado a Efe fuentes judiciales.

El acusado, por su parte, ha sostenido que el único contacto íntimo que ha tenido con la niña fue un beso en los labios "en el ascensor del metro" y, tras recalcar que ignoraba que tenía tan solo doce años, ha afirmado que era la menor quien le buscaba sexualmente. "Me hostigaba mucho", ha añadido.

Fue la madre de la menor la que descubrió la relación que la niña mantenía con su líder pastoral, ante las sospechas que levantó la actitud de la niña, constantemente ansiosa por acudir a la iglesia y que, de repente, entró en una etapa de "aislamiento", según ha relatado hoy la mujer ante el tribunal.

Tras intentar sin éxito sonsacar a su hija las razones de su cambio de actitud, la madre recurrió a sus amistades en la iglesia evangelista y, de esa forma, confirmó sus sospechas y descubrió que la relación de su hija con el acusado había llegado a oídos de la pastora del templo e incluso del "superintendente" o superior jerárquico del centro.

La madre, según la versión que ha mantenido ante el tribunal, consiguió finalmente que su hija confesara su relación con el acusado, aunque la menor no llegó a admitir los contactos sexuales, y acudió a los Mossos d'Esquadra para denunciar los abusos de que su hija era víctima.

Antes de acudir a la policía, la mujer se presentó en el domicilio del procesado, con quien asegura formaba una "hermandad" por pertenecer a la misma célula eclesiástica, y lo delató ante su esposa en su presencia.

Según la mujer, el acusado se limitó a contestarle, con una actitud "chulesca": "Disculpa por ser el novio de tu hija".