Hace apenas ocho años el tabaco era un invitado bien visto en bares y restaurantes. Poco se podía imaginar uno, antes de la ley antitabaco del 2010 -que ampliaba el veto a áreas de uso compartido-, que fumar en estos espacios acabaría siendo una actividad extraña. Pero lo es. Ahora, fumar al aire libre va camino de convertirse también en algo raro, como mínimo cerca del mar.

España cuenta este verano con 110 playas enteras o zonas libres de tabaco y cada vez son más los municipios que se suman a la idea de tener un ambiente y unas playas más limpias.

La primera comunidad autónoma en porcentaje de playas sin humo es Galicia, que fue una de las pioneras en implantar esta medida y que este verano ya cuenta con 79 playas integradas en la Red Gallega de Praias sen fume. La cifra supone que el 11,5% de sus playas tienen restringido el humo. Le sigue de cerca Cataluña con 12 arenales totalmente libres de humo.

Pero este verano muchas otras comunidades han adoptado medidas similares. Por ejemplo la Región de Murcia, que cuenta con siete playas sin humo; las Baleares, con dos playas en Ibiza; y Andalucía, en la playa de Motril. En las Canarias el tabaco no está permitido en ocho playas de Mogán (Gran Canaria) y en la de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria, que lo aprobó en consulta popular con el 89,1% de los votos afirmativos.

DE MOMENTO SIN MULTA

La restricción de fumar en las playas españolas no comporta, por ahora, ninguna sanción. La ley antitabaco no permite multar si se fuma al aire libre, aunque los municipios canarios que se han sumado a la iniciativa han redactado ordenanzas municipales que contemplan diversas sanciones económicas.

Restringir el humo en la playa, según todos los municipios consultados, pretende, en realidad, concienciar y que sean los propios usuarios los que se den cuenta de que es más agradable pasar el día sin tabaco. «Queremos conseguir que lo más normal sea no fumar. Nos hemos acostumbrado a ver como normal no tener tabaco en el trabajo o en un bar y ahora queremos que esta percepción se amplíe a zonas al aire libre», añade. La asociación Nofumadores.org también ve con buenos ojos la iniciativa de las playas. Hace unas semanas empezaron una campaña en change.org, que ya cuenta con más de 123.000 firmas, para pedir que todas las playas españolas sean libres de humo. «El no fumador no tiene por qué tragarse el humo de su vecino de sombrilla», critica Raquel Fernández, presidenta de la asociación. Cree que prohibir fumar en las playas evitaría también la «contaminación ambiental» que sufren, ya que las colillas «tardan hasta 10 años en biodegradarse». Pero, sobre todo, defiende que una medida así lo que busca es que el tabaco no sea visto como algo normal. «Necesitamos más espacios que ayuden a la desnormalización de esta pandemia que es la principal causa de muerte evitable del mundo», señala.

Aunque conseguir que las playas sean espacios sin humo ya es un triunfo para muchos, Nofumadores.org cree que hay que dar más pasos adelante. «Con la ley del 2010 España se puso a la cabeza europea en la prevención del tabaquismo pero ha quedado obsoleta», opina Fernández, quien apide prohibir fumar en coches con menores o en espacios deportivos.