La población de lince ibérico, que hace apenas una década estaba formada por solo 120 ejemplares en dos núcleos aislados en Andalucía -la sierra de Andújar-Cardeña y el parque nacional de Doñana-, alcanzó el año pasado los 475 individuos en libertad, un nuevo hito que avala el éxito del proyecto de reintroducción y permite observar el futuro de la especie con cierto optimismo.

“La especie no solo crece en efectivos, sino en territorio”, resume Miguel Ángel Simón, director del programa Life+Iberlince. Ni la enfermedad hemorrágica de los conejos, que son la presa principal del lince, ni los atropellos, todavía una gran lacra, han podido con la dinámica positiva.

El crecimiento demográfico del 2016, según el censo provisional de Life+Iberlince, fue espectacular en los nuevos núcleos de reproducción en Badajoz, Ciudad Real, Toledo y Portugal, en los que desde hace tres años se llevan a cabo liberaciones de ejemplares nacidos en cautividad, pero quizá lo más destacado es que por primera vez quedaron interconectadas todas las poblaciones de laSierra Morena andaluza, que concentra el 80% de los efectivos de la especie.

Pese a la existencia de municipios importantes e incluso de una autovía, los linces transitan ahora desde el parque natural de Andújar y Cardeña, a caballo de las provincias de Jaén y Córdoba, hasta los jóvenes núcleos de Guarrizas y Guadalmellato. Como destaca Simón, en Sierra Morena se ha consolidado una única población con 317 ejemplares, "con lo que se logra uno de los principales objetivos del proyecto Life".

FIEBRE HEMORRÁGICA DEL CONEJO

En Andújar-Cardeña, el principal núcleo de linces en España, el plan de choque contra la fiebre hemorrágica del conejo (EHVb) está dando sus frutos. Al aumentar las presas, la población ha pasado de 161 ejemplares en el 2014 a 197 en el 2016, prácticamente los mismos que había en el 2010. La única zona con crecimiento estancado es ahora Doñana-Aljarafe, "que está al límite de la disponibilidad de alimento", considera Simón.

Según Simón, el éxito confirma que la selección de nuevos territorios de suelta fue acertada. No solo se han priorizado los bosques y matorrales mediterráneos bien conservados, con abundancia de conejo, sino también que fueran zonas amplias con al menos 15.000 hectáreas.

"Ha sido un éxito incluso en el valle del Guadiana en Portugal, donde había una cierta oposición entre el colectivo de cazadores", dice el responsable del programa. "Está claro que lo que no se puede hacer es imponer algo. Se ha de actuar con consenso", añade. En Portugal hay ahora 19 ejemplares.

En cambio, Simón lamenta el enquistado problema de los atropellos. En el 2016 volvió a haber 15 fallecimientos por esta causa y recuerda que sigue habiendo algunos puntos negros en la red viaria, como en la zona Almuradiel (Ciudad Real).

Theo Oberhuber, especialista de Ecologistas en Acción, saluda los resultados, pero muestra un temor: "Es evidente que se han logrado avances muy importantes en la cría en cautividad, lo que ha permitido la liberación de muchos ejemplares. Eso no se puede negar -dice-. Sin embargo, nos tememos que no se ha apostado lo suficiente por medidas estructurales a largo plazo como mejorar los hábitats y las carreteras y frenar a los cazadores". "¿Qué pasará cuando se acabe la financiación millonaria del programa europeo Life? -se pregunta Oberhuber-. Es difícil progresar si primero no eliminamos las causas que ocasionaron el declive del lince".

FUTURA EXPANSIÓN

En la misma línea, Simón señala que ahora el objetivo primordial es consolidar los núcleos actuales, para lo cual sería necesario que hubiera en cada uno de ellos al menos 30 hembras reproductoras (y un total de 120 linces). A medio plazo, el responsable del Life+Iberlince explica que la sierra Arana (Iznalloz, Granada) y las inmediaciones del río Ortiga (Badajoz) podrían ser dos nuevos lugares de liberación, "aunque aún no se ha concretado nada", avisa. Iznalloz es un lugar ideal por el hábitat de encinas, pero con el inconveniente de una carretera con gran tráfico (6.000 coches diarios) "en la que habría que hacer alguna actuación bastante costosa", explica Simón. Otro posibilidad sería el interior de Huelva, "un lugar ideal para interconectar las poblaciones españolas con la del valle del Guadiana en Portugal".

A más largo plazo, el responsable de Iberlince considera que también hay territorios muy aptos en el interior de Murcia, Castilla y León, Aragón (Matarraña) y La Rioja, entre otros. En todos los casos se trataría de una recolonización: en el siglo XIX, la especie estaba presente en toda la España peninsular salvo el Cantábrico.

TRAMPAS FOTOGRÁFICAS

El censo se ha efectuado mediante localización de indicios y fototrampeo -cámaras que se activan automáticamente cuando pasan animales-, un sistema cada vez más complejo teniendo en cuenta que el área ocupada por la especie ya es de 1.500 kilómetros cuadrados, asumen los responsables del proyecto de reintroducción. Solo los ejemplares recién liberados llevan un collar transmisor que permite seguir sus movimientos (el equipo se libera al agotarse la batería).