El músico Manolo García ha hecho público un comunicado en su web sobre la situación política en Cataluña en el que pide, "por favor", que los políticos españoles y catalanes se inclinen por el "diálogo" y "escuchar la voluntad del pueblo catalán", rechaza la "violencia y la intimidación" y lamenta que dos colegas como Joan Manuel Serrat y Lluís Llach sean insultadosp or sus respectivas posiciones políticas.

A pesar de que en estos dáis han sido numerosos los manifiestos y declaraciones públicas sobre el referéndum en Catalunya desde el mundo de la cultura, el músico sostiene que no suele pronunciarse más que desde el escenario, en caliente, y sobre "acciones humanitarias" y su "empeño ecologista". Se trata, dice, de un "pudor" que ha mantenido durante toda su carrera pero que ahora no quiere mantener: "Mayor es en estos momentos mi temor a que ese pudor pueda hacer parecer que me quiero poner de perfil. Y no es así", dice.

"Siento que en democracia la política debe ser diálogo. Escuchar, no solo oír; hablar, y no solo con los que opinan como uno mismo. Y trabajar para encontrar soluciones. En estos días muchos políticos parecen esforzarse mucho menos en buscar soluciones que en reforzar una crispación de la que quizás obtengan un rédito político pero a un alto precio social que pagamos todos", escribe.

"También me pregunto por qué no se puede escuchar la opinión del pueblo catalán. ¿por si no gusta a todo el mundo? ¿Y es eso lo correcto? ¿No querer oír cuando se intuye que quizás no guste la respuesta? No sé si es pena la palabra adecuada, indignación o una mezcla de ambas, lo que siento viendo un barco lleno de policías en el puerto de mi ciudad. No es policía lo que hace falta para entenderse. Humillar no es el camino. Igual que me apena oír a gente cargar contra Joan Manel Serrat por decir su opinión u otro tanto hacer otros con Lluis Llach. Todo mi sincero respeto y cariño a ambos, el mundo es mucho mejor con ellos. Siento que algo, o mucho, no funciona si se piensa que es correcto insultar a los que opinan de forma diferente. A veces parece que nada cambia, que estemos retrocediendo en vez de mejorar como colectivo con el paso de los años. Y eso es grave, un error a corregir", prosigue, antes de concluir: "Diálogo, por favor. Nunca violencia ni intimidación. Seguro que se conseguirían resultados más civilizados y probablemente más satisfactorios para todos. Creo que es con política como deben resolverse las encrucijadas políticas".