Buñol Más de 22.000 personas tiñeron ayer de rojo las calles de Buñol (Valencia) en la tradicional Tomatina, que celebró su 70° aniversario con un récord de tomates lanzados, unos 165.000 kilos. La fama de la celebración obligó hace tres años a convertirla en una fiesta de pago, lo que ha permitido controlar el aforo y limitar los incidentes. Ello no evitó que ayer un coche de Google Street View, que pretendía grabar la batalla de tomates, sufriera daños cuando docenas de personas se subieron a él. Muestra de la creciente internacionalización de la fiesta es que este año más del 14% de los participantes eran británicos, el 10% de la India y el 8% de Japón. Pese al éxito, las redes sociales se hicieron también eco del despilfarro alimentario que supone la fiesta.