Más de 30 enfermedades pueden adquirirse por mantener relaciones sexuales con una persona infectada si no se han adoptado las medidas oportunas. Son dolencias que, sin un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, pueden producir secuelas importantes.

Dichas enfermedades tienen una relevancia especial para la salud pública. Se considera como enfermedad de transmisión sexual toda aquella que puede pasar de una a otra persona a través de una relación sexual. No es ésta la única vía de contagio, pues la sarna y el moluscum contagioso pueden ser consideradas como de transmisión sexual, pese a que es mucho más frecuente que su transmisión sea extrasexual.

PERIODO DE INCUBACION La única forma segura de evitar el contagio es no mantener relaciones con una persona infectada. Pero en muchas ocasiones es muy difícil saber quién padece este tipo de dolencias, ya que la mayoría de estas enfermedades tienen un periodo de incubación durante el cual se ignora su existencia.

Su prevención, además de por el elevado gasto sanitario que requieren, se debe acometer por las molestias, complicaciones y secuelas que acarrean. En ocasiones, se limitan a ligeros picores o enrojecimientos, pero no es infrecuente la aparición de ganglios, ulceraciones, afectación del sistema nervioso central o, incluso, como en el sida, puede tener graves consecuencias.

La prevención se sustenta en una adecuada información, dirigida a toda la población y, muy especialmente, a los grupos de riesgo. No hay que olvidar, con todo, que cualquiera, tras una sola relación con una persona afectada, puede contagiarse si no ha adoptado medidas. Y una vez detectado el problema, es preciso acabar todo el tratamiento prescrito y obligar a la pareja a someterse a un control.