Fin de semana negro para el metro de Madrid. La empresa pública de transportes reconoció ayer un cuarto enfermo por el amianto presente en 90 vagones de 33 trenes. La noticia se le ha venido encima a la plantilla apenas 12 horas después de asistir al velatorio y cremación de los restos de Antonio Morán Canseco, mecánico muerto el jueves tras dos años de pelea contra un cáncer de pulmón por asbestosis. Hasta abril pasado no se le reconoció como enfermedad profesional.

Ya van cinco casos en toda España, sumando a los de Madrid el del ilerdense Juan Pareja, que trabajó en el metro de Barcelona. El recién confirmado es el de un madrileño de 56 años, que llevaba en los talleres del metro desde 1991. Su enfermedad está en fase inicial. Este fin de semana se ha ido fuera con la familia para intentar relajarse.

ESPECIALIDAD PELIGROSA

No hay en Madrid un colectivo más atribulado estos días que el de los mecánicos de ciclo corto del metro, la especialidad más peligrosa en el suburbano por su contacto con el mineral tóxico. Se multiplican las llamadas angustiadas a los servicios médicos y a los sindicatos desde que empezó el goteo de casos. A las primeras toses y dolores de costado se dispara el miedo, infundado o real, que anida ya en numerosas casas de empleados. Fuentes de la empresa temen que pronto se verá confirmado un quinto caso madrileño, un jubilado al que le han diagnosticado cáncer de pulmón, y cuyos informes médicos están siendo examinados.

«Habrá más casos, y en otras categorías laborales», augura Alfonso Blanco, delegado sindical de CCOO y técnico que compartía mesa de taller con el fallecido Antonio Morán y con el nuevo enfermo detectado. Desde 1987, el año en que entró de mecánico, han compartido con él la atmósfera venenosa de los talleres un centenar de especialistas.

Durante 25 años, la situación en esos recintos aledaños a las estaciones de Canillejas y Laguna se ha vuelto muy peligrosa cada vez que los trabajadores, desinformados, abrían los cofres disruptores que llevan uno de cada dos vagones de los trenes de las series 2.000 y 5.000, y lijaban el hollín de unas piezas, los «apagachispas», hechas de amianto.

«Yo llevo en Mantenimiento desde 1990 y nunca he sabido que los trenes contenían amianto; hasta septiembre pasado, nadie me informó ni me formó -se lamenta Blanco--. Espero que la justicia ponga a cada uno en su sitio. Con la salud no se negocia, todos queremos terminar nuestra etapa laboral sanos. No es justo que estos compañeros enfermen quedándoles tan poco tiempo para jubilarse y disfrutar».

El Sindicato de Maquinistas del metro de Madrid y CCOO han convocado paros parciales para los días 1, 4, 8 y 15 de junio, por «la falta de prevención que ha venido padeciendo la plantilla» y exigiendo un examen médico generalizado y voluntario para todos los empleados.