La muerte es la más sorprendente de las noticias previsibles, escribió Jorge Wagensberg en uno de sus libros de aforismos. Esa previsible sorpresa le ha alcanzado ayer en Barcelona, causada por un cáncer, a la edad de 69 años. Con Wagensberg -colaborador de EL PERIÓDICO hasta sus últimos días- se va un pionero de la divulgación científica en España, editor y escritor que tendió puentes entre ciencias y humanidades.

Fue en la Universidad de Barcelona donde Wagensberg se licenció en 1971 y doctoró en 1976, y donde fue profesor de teoría de los procesos irreversibles desde 1981 hasta su jubilación en el 2016. En 1991, bajo el impulso de Luis Monreal, entonces director de la Fundación La Caixa, Wagensberg se hizo cargo de la dirección del Museo de la Ciencia de Barcelona, embrión del actual CosmoCaixa, que se puede considerar su obra más destacada y que además lo convirtió en un divulgador muy popular. Fue el responsable principal del diseño del museo, estrenado en 2004 y galardonado en 2006 con el European Museum of the Year Award.

Obsesionado con que el contenido del museo plasmara su continente, y no viceversa, se dedicó personalmente al diseño de algunas de las exposiciones y viajó por el mundo para comprar otras, incluso una pieza de ámbar en la cual descubrió una hormiga aún no descrita para la ciencia. Desde el 2013, Wagensberg trabajaba en el proyecto del Hermitage Barcelona.