Un prisionero con trastornos mentales murió por «deshidratación» en Estados Unidos después de que los funcionarios de la prisión donde cumplía pena le privaran de beber agua durante siete días. La muerte de Terrill Thomas, de 38 años, se remonta al 24 de abril del 2016, hace ahora un año, pero las circunstancias de su fallecimiento se revelaron en las vistas celebradas esta semana en un tribunal de Milwaukee.

Según el diario de Milwaukee Journal Sentinel, Thomas fue privado de agua como castigo por su comportamiento. Fue confinado en régimen de aislamiento, lo que equivale a una forma de tortura, denunció su familia. Thomas perdió 16 kilos y su salud se fue deteriorando hasta que murió en el suelo de cemento de su celda, que ni siquiera tenía colchón. La muerte de Thomas ha puesto en el punto de mira al mediático y controvertido sheriff de Milwaukee, David Clarke. Ultraconservador negro, siempre tocado con un sombrero vaquero, Clarke apoyó con entusiasmo a Donald Trump durante la campaña presidencial y fue uno de los oradores en la convención de nominación republicana.

Según el Journal Sentinel, el sheriff amenazó al jefe médico del condado de Milwaukee después de que calificara la muerte de Thomas de homicidio.