Las asociaciones que atienden y defienden a mujeres víctimas de agresiones sexuales consideran imprescindible y urgente un cambio de mentalidad en la judicatura para que las sentencias tengan en cuenta los efectos y consecuencias que causa una violación en las mujeres. De esta forma se evitará que se reproduzcan fallos judiciales con una «mentalidad machista» como el de La manada que ha soliviantado y movilizado a los colectivos feministas y más tras las masivas manifestaciones del 8-M que demostraron que las mujeres ni se callan ni se conforman. La indignación ha subido de tono con la decisión de decretar la libertad provisional de los cinco miembros de La manada, que ayer salieron de la cárcel.

Carla Vall, directora del área de violencia de Mujeres Juristas, y la psicóloga de Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas (Cavas), Sonia Lamas, reclaman una formación específica para los jueces, pero impregnada de una mirada feminista. El núcleo duro de este debate, a su juicio, no debe centrarse únicamente en el aspecto jurídico y en un cambio de las leyes, sino en formar y capacitar a los jueces para que lleguen a entender qué es la violencia sexual.

Estos colectivos creen que la medida de la Audiencia de Navarra protege a los agresores y desprotege a la víctima, cuando debería ser al revés. La Fundación Mujeres también se sumó a estas críticas y lamentó que el auto judicial haya reforzado el mensaje dirigido a la sociedad «de impunidad con los delitos sexuales».

EL ESTIGMA Y LA IMPUNIDAD// Lamas reconoció que «de nada servirá modificar el Código Penal si no incorpora la perspectiva de género». La visión patriarcal de los jueces se constata en la benevolente sentencia de la Audiencia de Navarra contra los cinco integrantes de La manada que «ni contempla ni entiende qué es una agresión sexual y tampoco el miedo, la vergüenza y la culpa que siente una víctima», insistió Lamas.

Vall afirmó que la prisión provisional a los miembros de La manada se podría haber alargado, como prevé la legislación, hasta los 4,5 años. «Las mujeres no entendemos por qué no ha sido así siendo tan grave el delito cometido», apuntó Vall. Y añadió: «Es una muestra más del androcentrismo de la justicia que castiga a las mujeres con el estigma y a los agresores con la impunidad». Y concluyó: el caso de La manada provocará que las víctimas se lo repiensen antes de denunciar al agresor.

Las dos entidades afirman que hay que emprender una batalla contra el sesgo patriarcal de los jueces. Solo con una formación especializada «se evitará que las víctimas tengan que responder a preguntas dañinas que solo sirven para ahondar en la victimización», apuntó Lamas.

Además analizó el porqué la magistrada de la Audiencia de Navarra Raquel Fernandino ha apoyado con su voto la libertad de los cinco procesados y explicó que «el hecho de ser mujer no te libera del estigma patriarcal. Que Fernandino sea mujer no significa que sea feminista. Mujeres y varones deben impregnarse de esta mirada».

Vall añadió además que «es muy doloroso de cara a todas las juristas que una mujer como la jueza sea capaz de tomar esta decisión bajo el paraguas protector de los derechos humanos de los agresores».