Hay que ir olvidándose de llevar a los niños en el asiento del copiloto. El jueves entra en vigor un real decreto por el que todos los menores con una estatura igual o inferior a los 135 centímetros, además de llevar la reglamentaria sillita, tendrán que viajar obligatoriamente en los asientos de atrás. El objetivo, avalado por los expertos, es minimizar el riesgo de que los pequeños sufran lesiones en caso de accidente, un riesgo que siempre es mayor en los asientos delanteros. Tráfico recomienda que, mientras el niño no alcance el metro y medio, este utilice elevador y siga en los asientos traseros. No es ya una obligación, sino tan solo una recomendación.

La novedad se ha introducido a través de una modificación del artículo 117 del reglamento de circulación, que también establece la obligatoriedad de asegurarse de que la sillita se coloca de acuerdo con las instrucciones que ha facilitado el fabricante. Un importante índice de lesiones se producen no por no llevar sillita, sino por colocarla mal. "Un sistema de retención infantil (SRI) mal colocado multiplica por cuatro el riesgo de muerte infantil en un accidente", advierte la DGT. El texto solo prevé tres excepciones a la nueva normativa: que el coche solo tenga dos plazas, que los asientos traseros ya estén ocupados por otros niños con sillita y que "por las condiciones del automóvil no puedan instalarse sistemas de retención en los asientos traseros". El asiento central trasero es el más seguro.