Al menos 16 personas murieron ayer frente a la isla griega de Lesbos al naufragar la patera en la que viajaban alrededor de 25 personas a través de una peligrosa ruta utilizada por refugiados para alcanzar la UE desde Turquía. El operativo de salvamento logró rescatar a dos mujeres, mientras que 9 cuerpos fueron hallados en aguas griegas y otros 7 en las vecinas aguas turcas.

«Llegamos rápidamente en lancha al lugar donde estaban señalando por radio varios barcos de la OTAN», explica a este diario Nico Schachinger, de la oenegé española Proactiva Open Arms (POA). «Enseguida vimos el primer cuerpo flotando en el agua. Seguimos buscando y encontramos otros dos cuerpos, y a la vez vimos a una mujer en el agua que nos llamaba con la mano. La sacamos del agua, estaba embarazada y muy débil», explica Schachinger.

El naufragio se produjo frente a la costa norte de Lesbos, una ruta muy utilizada por los refugiados en la segunda mitad del 2015 y los primeros meses del 2016 y que pasó a ser fuertemente vigilada tras la entrada en vigor del pacto entre la UE y Turquía el 20 de marzo de 2016. Ahora la ruta más transitada es la que conecta por mar Libia e Italia.

Respecto a las oenegés, cuatro fiscalías de Italia han expresado sus dudas sobre la supuesta complicidad de algunas de ellas con los traficantes que en Libia embarcan a los refugiados. Por ejemplo el fiscal de Catania, Carmelo Zuccaro, que es el que más tiempo lleva investigando el fenómeno, en una entrevista concedida a la televisión italiana después de haber comparecido en la comisión parlamentaria sobre Shengen y antes de serlo en otra del Senado, ha afirmado que «de Médicos sin fronteras y Save The Children no hay nada que decir, pero otra cuestión son otras oenegés», en referencia a cinco en total, entre ellas la española Proactiva Open Arms.