La obesidad infantil en el mundo se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años. Si en 1975 había 11 millones de niños obesos, el año pasado se contabilizaron 124 millones. Además, hay otros 213 millones con sobrepeso, pero en un rango por debajo del umbral de la obesidad, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Imperial College de Londres presentado este miércoles.

El estudio concluye que si no se cambian las tendencias, en 2022 habrá más jóvenes con obesidad que con bajo peso, y advierte de que la prevalencia global de la obesidad ha aumentado del 0,7% al 5,6% para las niñas y del 0,9% al 7,8% para los niños. Además, el informe destaca que en 2016 había otros 213 millones de jóvenes con sobrepeso a los cuales no se les podía definir como obesos.

Los datos también revelan que la epidemia de obesidad aumenta en los países de ingresos bajos y medios y que "se ha estabilizado en los países de mayor ingreso, aunque los niveles de obesidad siguen siendo inaceptablemente altos", explicó Majid Ezzati, uno de los autores principales del trabajo, quien agregó que "en las últimas cuatro décadas las tasas de obesidad en niños y adolescentes se dispararon en el mundo", lo que implica una generación de niños y adolescentes obesos y con mayor riesgo de enfermedades, como la diabetes.

POLINESIA Y PAÍSES ANGLOSAJONES

La tasa de obesidad más alta se dio en Polinesia y Micronesia tanto en niños (22,4%) como en niñas (25,4%), seguida por la región de habla inglesa con altos ingresos, es decir, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, Irlanda y el Reino Unido, en 2016.

Los datos de la obesidad infantil en España no son preocupantes, ya que el estudio concluye que "el rango de peso es normal", en relación a los valores relativos al índice de masa corporal (IMC, un índice que indica si el peso de una persona es saludable).

En 1975 la media del IMC de los jóvenes españoles analizados era de 18,80 para los niños y de 18,57 para las niñas. A pesar de que en 2016 creció hasta alcanzar un 20,13 y un 20,03, respectivamente, los valores continúan en un rango de peso normal.

Y mientras la OMS hacía públicos estos datos, la ONG Acción contra el Hambre denunció ayer que en países como Liberia, Camboya, Guinea-Bissau, Nigeria y Ruanda, entre otros, están en riesgo de hambruna.

MALA NUTRICIÓN

"Estos datos demuestran la amenaza que representa la mala nutrición en todas sus formas, con chicos con bajo peso y con sobrepeso viviendo en las mismas comunidades", indica el estudio. De hecho, en varias regiones del mundo de ingresos medios, como en Latinoamérica, el Caribe o Asia oriental, ha habido una rápida transición de amplias capas de la población que tenían un peso menor al deseado y que actualmente padecen sobrepeso.

Los autores explican este hecho al exponencial incremento del consumo de carbohidratos y de comida procesada, sales y azúcares, y de malos hábitos, como la falta de ejercicio.

"Estas tendencias preocupantes reflejan el impacto de la mercadotecnia de la comida en todo el mundo y el hecho de que la comida sana sea demasiado cara para ser adquirida por las familias pobres", explicó en una videoconferencia desde Londres Majid Ezzati, principal autor del texto.

IMPORTANCIA DE LA LACTANCIA

"Es algo que debe cambiar en la escuela, con la comida que se ofrece en los comedores y en las máquinas de comida, pero también en casa. Hay que cocinar comida sana, poner comida sana en las fiambreras del colegio y también reducir las horas que los niños pasan delante de pantallas y que les impiden hacer actividades físicas", sugirió Fiona Bull, coordinadora de enfermedades no transmisibles de la OMS.

La experta agregó que esta concienciación debe comenzar desde el momento de la gestación, con la madre alimentándose correctamente, y que debe mantenerse en el periodo lactante. "Está comprobado que los niños que han amamantado exclusivamente durante los primeros seis meses tienen menos tendencia al sobrepeso", dijo.