El estudio más extenso realizado hasta ahora en España para determinar las consecuencias de la obesidad, una investigación en la que han participado 55.000 personas escogidas entre la población general, coordinada desde el Hospital del Mar de Barcelona, ha detectado que el exceso extremo de grasa abdominal que caracteriza a la persona obesa implica, en sí mismo, un elevado riesgo de sufrir cáncer o una patología cardiovascular. La amenaza es significativamente más grave para las mujeres. Se trata del primer estudio que demuestra que la obesidad es, en sí misma, un factor de mortalidad. El trabajo se ha publicado en la revista científica Preventive Medicine.

Una mujer obesa tiene 12 veces más posibilidades de sufrir un cáncer que la que mantiene un peso considerado normal, frente al doble de riesgo de padecer un tumor maligno que recae en un hombre obeso, indican las conclusiones de la investigación.

Las mujeres con obesidad, además, tienen un riesgo cinco veces superior a las de peso normalizado de sufrir una enfermedad cardiovascular, en especial, infarto de miocardio. Los participantes en el estudio, procedentes de Barcelona, Girona, Reus, Palma de Mallorca, Zaragoza, Múrcia, Pamplona, Talavera de la Reina (Toledo) y Sevilla, de 35 a 80 años de edad, fueron evaluados durante 10 años. Para poder precisar que esos fallecimientos no eran consecuencia de las enfermedades para las que la obesidad se considera un factor de riesgo -hipertensión, diabetes y colesterol elevado, entre ellas- un grupo de epidemiología y genética cardiovascular aplicó técnicas de cuantificación informática que descartaron dichos factores y fijaron exclusivamente la influencia de la obesidad en dichas muertes. La conclusión es que la obesidad es, en sí misma, un riesgo de muerte por cáncer o patología cardiovascular, y no una consecuencia de sufrir diabetes, hipertensión u otras enfermedades.