Pablo Abraira ha vivido su Pasión particular. El protagonista de la adaptación teatral de Jesucristo Superstar tocó el cielo en 1977 con Gavilán o paloma, sencillo del disco 30 de febrero. Pero lo que parecía ser una bendición se convirtió en castigo divino: "El éxito me pilló por sorpresa y me vi desbordado". Asediado por prensa y fans, decidió hacerse a un lado y ya eran muchos los que le habían convertido en cadáver musical cuando, al filo de la tercera década, resucitó. "Empiezo a ver la luz al final del túnel", asegura. Coincidiendo con la salida del recopilatorio 30 de febrero 2006, la inclusión de su himno alado en Los dos lados de la cama le ha hecho remontar el vuelo.

"Estoy muy agradecido de que eligieran la canción y de que haya sonado tanto", asegura el cantante. "No creía que tendría la proyección que está teniendo", reconoce el autor madrileño, que remarca que la idea de remasterizar 15 de sus canciones surgió antes de saber que Gavilán o paloma saldría en el filme: "No pretendo vivir del pasado. Lo único que quería era restablecer el contacto con aquellos que me seguían entonces y conectar con un público nuevo". El exceso de contacto con las fans fue una de las razones que le llevó a aparcar su carrera. Eso y el acoso mediático, que cruzó la línea cuando unos paparazzi irrumpieron en la escuela de sus hijos.

CONTRATIEMPOS "Mi vida profesional puede interesar a más gente, pero la personal sólo incumbe a las personas implicadas", asevera. Aunque está convencido de que las cosas le habrían ido mejor si se hubiera prestado a vender su intimidad, afirma que "el único patrimonio es la coherencia". Después de hacer mutis por el foro y cambiar la música por el teatro, su regreso en 1987 fue un fiasco. Tras sufrir el desdén de las discográficas españolas, en la década de los 90 publicó dos discos en México que le convirtieron en un ídolo local, como se demostró el pasado sábado en el homenaje a las víctimas de Ciudad Juárez.

En España lo intentó en el 2003 cuando, por su cuenta y riesgo, lanzó, sin mucha fortuna, Ahora. "Cuando sufres el reverso del éxito te tienes que poner las pilas", asegura. Después de tomar aire con la recopilación que incluye piezas como Gavilán o paloma, O tú o nada y María mi amor ya trabaja en un nuevo disco que saldrá en otoño. "Quiero que sea algo minimalista, quizá con un piano y un chelo y ya está. Lo que está claro es que afronto este proyecto con mucho más ánimo".