Las presiones ejercidas, dentro y fuera de la Iglesia católica, por el caso de Juan Barros, el obispo chileno acusado de encubridor de abusos sexuales, han llevado al Papa a tomar una decisión inesperada. Francisco ha decidido enviar a Chile a un enviado especial, cuya tarea será escuchar a los acusadores de Barros.

El enviado en cuestión será el arzobispo maltés Charles J. Scicluna, quien ha sido encargado de viajar directamente a Santiago de Chile. Este es un sacerdote conocido por haber investigado a los Legionarios de Cristo de México, que fue durante años promotor de Justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe y que, en la actualidad, es presidente del Colegio para el Examen de los Recursos sobre los llamados delitos graves (como son los abusos clericales) ante ese mismo organismo. Su misión será la de «escuchar a quienes han manifestado la voluntad de dar a conocer elementos que poseen» con respecto al caso de Juan Barros Madrid.

El caso Barros empañó la gira del Papa por Chile y Perú, en la que el Pontífice argentino llegó a defender al sacerdote chileno.

«El día que presenten una prueba contra el obispo Barros hablaré. No hay ninguna. Todo es calumnia». Su defensa le valió un un terremoto de críticas. Barros ha sido acusado de haber encubierto a Fernando Karadima, sacerdote hallado culpable de abusos y suspendido de por vida.