La capital francesa sigue su cruzada contra el tráfico rodado responsable de los altos niveles de contaminación que sufre. El Ayuntamiento de París encabezado por Anne Hidalgo anunció ayer que se plantea el fin de la circulación de los coches de gasolina en el horizonte del 2030. La medida, según explicó el responsable municipal de Transportes, Christophe Najdovski, pretende convertir París en una ciudad neutra en emisiones de carbono a medio y largo plazo. Es una propuesta que deberá examinar el consejo municipal a final de noviembre y que, por ahora, no incluye la palabra prohibición.

El plan actualmente en vigor destinado a mejorar la calidad del aire expira en el 2020 y para renovarlo el equipo de Hidalgo ha optado por incorporar al futuro documento los objetivos fijados a escala nacional por el titular de Ecología, Nicolas Hulot. El ministro avanzó el pasado julio el objetivo del Gobierno de impedir la comercialización de los vehículos más contaminantes de aquí al 2040, incluyendo los coches con motores diésel y gasolina. Todo indica que París quiere liderar el cumplimiento de esa meta. «No podemos esperar», resaltó Najdovski.

FIN «REALIZABLE» / El responsable municipal consideró que la evolución del mercado del automóvil y la orientación del sector hacia el coche eléctrico llevan a la conclusión de que el fin de los vehículos de motor térmico es «absolutamente realizable». Al igual que Hulot, justificó sus objetivos tanto por el giro de la industria del automóvil como por una cuestión de salud pública. «Se trata de planificar a largo plazo con una estrategia que busca reducir las emisiones de efecto invernadero», recalcó.

Hidalgo ha querido dejar claro que en el nuevo plan sobre clima y energía «no figura ninguna medida de prohibición o de sanción». «La ciudad ha decidido invertir en el desarrollo de alternativas y el refuerzo de las ayudas financieras para que particulares y profesionales compren vehículos limpios», indicó en Twitter.

Desde su llegada al ayuntamiento, en el 2014, Hidalgo se ha marcado como objetivo hacer de la capital francesa una ciudad sin coches. Su hoja de ruta para lograrlo contempla varias fases. La primera empezó en septiembre del 2015 con la prohibición de circular a camiones y autocares matriculados antes de octubre del 2001.

Desde el 1 de julio del 2016 tampoco pueden hacerlo de lunes a viernes los coches cuya viñeta los señale como vehículos contaminantes y en el 2020 solamente estarán permitidos los que respondan a exigentes criterios en materia de polución. Los coches con motores diésel estarán vetados en el 2024.

La batalla contra el coche incluye también una paulatina peatonalización y mayor espacio para las bicicletas. Hidalgo quiere que en tres años el carril bici pase de los 700 kilómetros actuales a 1.400. Además, es partidaria de aumentar la frecuencia de los días sin coches. Aplaudidas por las asociaciones ecologistas, las medidas ponen en pie de guerra a numerosos profesionales, como los taxistas.