Anfitriona de la cumbre internacional sobre el clima que se celebrará en diciembre de este año, la ciudad de París quiere convertirse en el emblema de la lucha contra la polución. Su alcaldesa, la socialista de origen español Anne Hidalgo, detalló ayer en la edición digital del diario Le Monde el calendario de las primeras medidas con las que pretende erradicar de las calles de la capital francesa todos los vehículos de motor diesel de aquí al año 2020.

A partir del 1 de julio del 2015, el Ayuntamiento prohibirá la circulación en el corazón de la ciudad de los autocares y camiones más contaminantes, siguiendo el ejemplo de unas 200 capitales europeas que ya cuentan con una «zona de bajas emisiones».

La medida se extenderá en julio del 2016 a todos los vehículos que no cumplan con los requisitos ecológicos establecidos. Además, a finales de este año las furgonetas diesel deberían desaparecer de París. «Estamos decididos a actuar con rapidez, porque lo que está en juego es la salud pública», afirma la alcaldesa. Para lograr ese cambio paulatino en el modelo de transporte privado e incentivar la sustitución del parque automovilístico, el consistorio cuenta con una partida presupuestaria de 5 millones de euros al año.

Así, las empresas de reparto dispondrán de una línea de crédito a bajo interés para financiar la mitad del valor de los nuevos vehículos limpios, que se sumará a las ayudas estatales contempladas en la Ley de transición energética elaborada por la ministra de Ecología, Ségolène Royal. Hidalgo tiene previsto, igualmente, reunirse con los fabricantes de coches para que hagan ofertas competitivas de vehículos ecológicos de las que puedan beneficiarse también otras ciudades francesas.

MEDIDAS DE ESTÍMULO

Según los datos aportados por la alcaldesa, en París hay actualmente 300 camiones particulares y de limpieza que todavía funcionan con diesel y que no tienen en el mercado ningún equivalente limpio. En su batalla contra la polución, Hidalgo cree contar con la complicidad de los parisinos que, en su opinión, son muy sensibles a los temas medioambientales. Si en el 2001 el 60% disponía de coche privado hoy ese porcentaje es de sólo el 40%.

Para acelerar esa tendencia, el Ayuntamiento baraja, entre otras medidas, ayudas financieras para el uso de transportes limpios, reembolsos a los abonos de transportes públicos y subvenciones a las comunidades de propietarios que instalen puntos de recarga para coches eléctricos.

Las organizaciones ecologistas han saludado de manera unánime como una «buena noticia» la iniciativa de la alcaldesa de París. No obstante, la asociación Ecología sin Fronteras aconsejó a Hidalgo preguntar al Gobierno por qué sigue dando una exención fiscal de 7.000 millones de euros al año al diesel. «Hay algo que no cuadra», destacó el vicepresidente la ONG, Nadir Saïfi.