La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) advirtió ayer de que las dietas vegetarianas o veganas, si no se desarrollan bien, pueden acabar generando consecuencias negativas en la salud e influir en el crecimiento de los niños y adolescentes. Por eso, recomiendan planificarlas con tal de que sean saludables.

La AEPap presta especial atención a este tema en un seminario que lleva el lema de Niños vegetarianos, ¿niños sanos?

Los especialistas insisten en comprobar que los niños cuentan con todos los nutrientes necesarios para el crecimiento y desde el principio: la lactancia materna es la forma de alimentación ideal para los lactantes vegetarianos o veganos, por lo que es importante asegurarse de que las madres tomen un suplemento regular de vitamina B12 y yodo.

A partir de los seis o siete meses aconsejan reemplazar la carne por productos como lentejas, garbanzos, guisantes o tofu. A partir de los dos años de edad, la alimentación debería parecerse a la del resto de la familia y el número de raciones debe depender de la edad, los niveles de actividad física o las características personales de cada niño.

Hay que prestar especial atención a ciertos nutrientes: las proteínas, que deben estar presentes a diario a través de legumbres y las grasas, presentes en los frutos secos y las semillas, los aguacates y el aceite de oliva. En cuanto al calcio, en los primeros dos años los bebés lo obtienen a partir de la leche materna o de fórmula. A partir de esa edad, además de productos lácteos, otras buenas fuentes son las verduras de hoja verde, el tofu, la leche y yogures, vegetales enriquecidas y las legumbres. Respecto a la vitamina B12, esta solo se encuentra de forma natural en los alimentos de origen animal, por lo que, aunque los productos lácteos y huevos y los alimentos enriquecidos aportan pequeñas cantidades de esta vitamina, se recomienda que todas las todas las personas vegetarianas y veganas tomen un suplemento semanal.