Nada más pisar tierra, los inmigrantes del 'Aquarius' recibieron un buen fajo de papeles. En ellos está su futuro a corto y a largo plazo. Entre ellos, estaba un permiso especial de 45 días de residencia concedido por razones humanitarias por el Gobierno de España. Tras el baile de cifras de toda la semana (el sábado el ministro José Luis Ábalos habló de 30 días), fue Bernardo Alonso, inspector jefe de la comisaría general extranjería y fronteras, quien lo aclaró frente al mismo Muelle 1 en el que se produjo el desembarco. Al final, el trato no ha sido el mismo que el que reciben los inmigrantes que llegan en pateras por su propia voluntad pero tampoco parece que se les vaya a conceder directamente la condición de refugiados como solicitaban algunas voces.

De hecho, Alonso anunció también que habrá una investigación individual para ver si existe alguna razón para suspender ese permiso. En teoría con él podrían circular por el espacio Schengen, pero el comisario apuntó que intuía que sería solo teoría, salvo para los que eligieran tratar de lograr el asilo en Francia.

Porque los inmigrantes recibieron los formularios para presentar esa solicitud tanto en España como en el país galo, tras el ofrecimiento de última hora del gobierno de Macron. Aún no hay datos oficiales pero algunos de los traductores voluntarios aseguraron que casi todos parecían inclinados por quedarse en España.

El permiso extraordinario les dará un mes y medio para pensárselo y muchos de ellos podrán empezar a reflexionar en la residencia de la Universidad Laboral de Cheste, un enorme centro multiusos de la Generalitat valenciana a unos treinta kilómetros de la capital. Allí se dirigieron numerosos autobuses tras abandonar el Puerto, allí acudirán bastantes de los casi 150 que pasaron por los hospitales y allí están citados este lunes un grupo de los traductores voluntarios. Aún no está claro cuándo empezarán a ser derivados a los municipios que se han ofrecido a acogerlos.

Los menores, a Alicante

Desde las administraciones no confirmaron ninguna ubicación para preservar la intimidad y el descanso de los inmigrantes y serán especialmente celosos con el destino de los menores. Aun así, se vio llegar a un grupo de ellos a uno de los centros públicos de la Generalitat en Alicante. De los 630, solo los menores no acompañados tienen claro que ya han llegado a su destino. A partir de ahora, serán ‘valencianos’ y su tutela será de la administración autonómica.