Dos bandas dominicanas se han enzarzado en una espiral de violencia sin precedentes que ya se ha cobrado seis muertes en un año en Barcelona. Todo comenzó con el robo de un cargamento de droga traído desde Ámsterdam (Holanda). Uno de los dos grupos supo de la existencia de esta mercancía, en posesión del clan rival, y asaltó el domicilio en el que estaba escondida para llevársela. Fue una declaración de guerra.

El jueves por la noche se vivió el último episodio de este duelo cruento. Un pistolero irrumpió en el domicilio que compartían dos familias dominicanas y liquidó sin pestañear a los dos varones que había ido a buscar. «Ha sido otra ejecución», aclara una fuente policial, para subrayar la determinación que ambos grupos han puesto en aniquilarse mutuamente.

La Policía dedujo que los dos cadáveres ajusticiados estaban conectados con la lucha dominicana. Ambos habían recibido disparos en la cabeza y el asesino no se molestó en llevarse nada del domicilio. Posiblemente, actuó a esa hora porque sabía que los encontraría todavía en casa, antes de que salieran. Los dos grupos enfrentados los forman hombres jóvenes que pertenecen al mundo de la noche, al de locales con música caribeña. La primera de las seis muertes ocurriera en una discoteca, la Koko de Barcelona, el 22 de abril del 2016.