La rociaron con disolvente y la quemaron viva. Rosario Endrinal Petit, una indigente de 51 años de edad, murió el sábado tras agonizar durante casi dos días en el Hospital de Vall d´Hebron. Tres jóvenes, dos de 18 años y otro de 17, la golpearon, patearon, insultaron y vejaron, la madrugada del viernes, y luego le prendieron fuego en el cajero de La Caixa de la calle de Guillem Tell, en el barrio barcelonés de Sant Gervasi, donde dormía la mujer.

Los presuntos autores fueron detenidos entre el domingo y ayer. No pertenecen a ninguna banda, ni a ningún grupo ideológico violento, ni a familias desestructuradas. Sólo uno de ellos tiene un antecedente sin relevancia de cuando era menor. Los tres son de la zona alta de la ciudad, aunque uno vivía ahora con su padre en Zaragoza. Se trata de Oriol P. B., de 18 años. Los otros dos jóvenes son Ricard P. B., de 18 años, y Juan José M. R., de 16.

La brutal agresión, servida en capítulos, empezó a la una de la madrugada del viernes. Dos de los detenidos, los mayores de edad, entraron en el cajero automático donde dormía Rosario. Era la segunda noche que esta mujer, separada y madre de una hija, dormía en esa oficina de La Caixa, según los vecinos.

SOBRE CARTONES La grabación de la cámara de seguridad del cajero recoge con claridad y calidad cómo los dos jóvenes accedieron al interior y se dirigieron directamente a la mujer, que estaba tendida en el suelo, sobre unos cartones. La patearon, escupieron e insultaron, mientras ella, según varias personas que han visto las crueles imágenes, permanecía inmóvil, sin intentar defenderse. Y luego se fueron.

Los dos jóvenes, que estaban de fiesta por bares de la zona con otro grupo de amigos, regresaron al cabo de un rato al cajero automático. La mujer seguía tendida en el suelo. Le arrojaron entonces un cono de señalización del tráfico y volvieron a marcharse. Rosario logró entonces encerrarse con el pestillo. Pero los asesinos volvieron.

LLUVIA DE GOLPES Poco antes de las cinco de la madrugada, el menor de los detenidos, que no había participado en las agresiones anteriores, llamó a la puerta del cajero. La mujer pensó que era un joven que quería sacar dinero y le abrió. Tras él, entraron los otros dos y empezó de nuevo la lluvia de golpes. Uno de los jóvenes salió y volvió al instante con un gran bidón de disolvente que encontró en una obra vecina. Vertieron el líquido inflamable sobre la mujer y, con gran sangre fría, uno le prendió fuego y los tres salieron corriendo.

Rosario fue trasladada al hospital con quemaduras en el 65% del cuerpo. Murió casi dos días después. Los Mossos d´Esquadra se hicieron cargo de la investigación. Se trata del primer asesinato en Barcelona desde que la policía autonómica se hizo cargo de la seguridad en la ciudad, el 1 de noviembre. La grabación del cajero dejó al descubierto los rostros de los tres agresores. Faltaba ponerles nombre y apellidos. Durante el fin de semana, los agentes policiales entrevistaron a decenas de vecinos a los que mostraron las fotografías. La colaboración ciudadana fue fundamental en la investigación.

"NIÑOS PIJOS" Solían reunirse en la cercana plaza de Molina y en la de Mañé y Flaquer. "Son pijos. Niños bien vestidos y fachas. Pero nada que ver con los rapados", comentó ayer un joven habitual de la zona.

El detenido menor declaró ayer por la mañana en las dependencias de menores de la Fiscalía. Los otros dos serán interrogados hoy. Los tres están acusados de asesinato. Los Mossos d´Esquadra investigan si los tres han podido participar en alguna otra agresión, no denunciada, a otros indigentes que duermen en la zona. Hay testigos que los oyeron despotricar contra mendigos y homosexuales.